Hace tres semanas, Andrés Pillín Bracamonte charló con el periodista Germán De los Santos, del diario La Nación. Allí, a modo de presagio, aseguró: "Si me matan, la ciudad se incendia".
En una entrevista con el periodista santafesino Germán De los Santos, el jefe de la barra de Rosario Central apuntó contra la banda de "Los Menores".
Hace tres semanas, Andrés Pillín Bracamonte charló con el periodista Germán De los Santos, del diario La Nación. Allí, a modo de presagio, aseguró: "Si me matan, la ciudad se incendia".
En aquella entrevista, Pillín habló de su intento de asesinado en el parque Alem en agosto pasado. "Los Menores se quieren quedar con parte de la ciudad", dijo.
"Cuando me dispararon en el parque Alem, Los Monos me ofrecieron hacer una cacería esa misma noche. Me ofrecieron diez autos con gente armada para salir a buscar a los que me habían disparado. Yo los paré porque no quiero volver a la cárcel. Yo soy distinto. Vivo bien, no me drogo, no tomo, no fumo. Tengo todo en blanco. Mi empresa de baños químicos está impecable. Me cuido para vivir una buena vida", dijo el jefe de la barrabrava de Central al periodista De los Santos.
“Rosario quedó llena de sangre porque son todos unos descerebrados. Todos se creen Pablo Escobar, y están todos presos o enterrados. Nunca entendieron el negocio y se empezaron a matar por el control de dos cuadras. ¿Cuál es el negocio si terminas en el cementerio o en la cárcel, que es lo mismo? Durante mucho tiempo nadie puso un freno a esto”, exclamó en aquella entrevista realizada en hace un poco más de veinte días.
“Para estar en esto tenés que ser un pesado, pero eso no quiere decir que te tengas que convertir en un psicópata. Yo me sigo agarrando a trompadas, pero jamás ordenaría que maten a un chico. En Rosario se rompieron códigos que hicieron que todo se vaya a la mierda”
“Me intentaron matar 29 veces. Esas son la cantidad de cicatrices que tengo en el cuerpo. Todos son balazos”. Este sábado los sicarios fueron certeros y se abre un nuevo capítulo de la historia criminal en Rosario.
La gavilla se ganó un nombre en base a muerte y en los últimos años se fue erigiendo como un jugador de peso en los barrios 7 de Septiembre, Stella Maris, Emaús, Hostal del Sol y el asentamiento La Bombacha.
La banda, dedicada a la venta de estupefacientes, responde, según investigaciones en curso, a Matías G., un hombre que supo vivir en los monoblocks del 7 de Septiembre pero que hoy reside en un complejo de alta gama. Su nombre apareció en julio del año pasado en el contexto de una balacera contra la subcomisaría 26ª, en en la calle Nahuel Huapi al 2600 de Villa Gobernador Gálvez. En el lugar dejaron un cartel de advertencia para varios pesados privados de la libertad ligados al mundo Mono.
Pillín declaró que este grupo quería correrlo de la barra y del control de la zona norte de la ciudad. “Hay un pibe que está prófugo desde marzo. Nadie lo encuentra. Se dice que está en Buenos Aires, pero lo vimos varias veces paseando por Rosario en un Mercedes Benz”, dijo haciendo referencia a Matías G.