En un juicio abreviado, los jueces Pablo Pinto, Mariano Aliau y Hebe Marcogliese condenaron a prisión perpetua a Mauricio Marionsini por los delitos de homicidio calificado por el vínculo, por mediar un contexto de género, por ensañamiento y por alevosía, en lo que respecta al femicidio de su madre, Tamara Marionsini, y a la pareja de la mujer, Sergio Martini.
Tanto la pena como la tipificación del delito fueron planteados por el fiscal Alejandro Ferlazzo en agosto pasado. Si bien la condena no varía ni se morigera a partir de que se gestó por medio de un trámite abreviado, según fuentes tribunalicias Marionsini habría planteado el juicio abreviado a partir de "la cantidad de pruebas en su contra y ante el hecho de que no estaba decidido a afrontar un juicio oral en su contra", por lo que permanecerá, al menos, 35 años en prisión.
El hecho ocurrió el 20 de enero del 2024, en un mes en el que Rosario registró cinco femicidios: Stefanía Toloza, Ana María Martínez, Tamara Marionsini, Susana Haydeé Mena y María Mercedes Antelo, una mujer oriunda de la ciudad de Santa Fe que era interna de la Unidad Nº 5, terminó con graves quemaduras y falleció.
Un crimen aberrante
El doble homicidio de Tamara Marionsini y de Sergio Martini ocurrió un sábado. Era una jornada como cualquiera en el almacén de Tamara, una madrugada más en la cuadra de Vera Mujica al 4800. Hasta que Mauricio, su hijo, ingresó a la casa alrededor de las 3 y fue hasta donde estaba la mujer acomodando mercadería. Allí la apuñaló una vez, dejándola tirada.
>> Leer más. Doble crimen en barrio Plata: pedirán perpetua para quien mató a su madre y a la pareja de ésta
Luego fue a la habitación de la pareja y apuñaló a Silvio Martini. Tras ello, ahorcó y apuñaló por segunda vez a su madre mientras las perras, More y Juana, caminaban a su alrededor. Una vez que se cercioró de que los dos estaban muertos, trasladó los cuerpos a distintos lugares: a su madre a un costado del comedor y a Silvio a un depósito en el jardín de la casa. Todo quedó grabado en cámaras de vigilancia internas que había en la vivienda.
Los recuerdos del barrio Plata
Ayelén, sobrina postiza de Tamara, contó en aquel momento que “ella te daba lo que no tenía. Yo quedé sin madre de chiquita y como vivía en la cuadra ella medio que me adoptó".
"Mauri tenía mal carácter, te trataba mal y era muy agresivo. En un momento entré a trabajar en el almacén, éramos tres empleadas y él nos trataba mal a todas y yo me iba a mi casa llorando”, recordó Ayelén.
El hombre fue dueño de un taller metalúrgico y, un día, dejó los fierros en manos de sus hijos y se retiró. Y conoció a "Mara", como le decían a Tamara, a través de Tinder.
Contó Ayelén: “Fueron muy felices. Viajaron. Mara se arreglaba, se pintaba, usaba otra ropa y parecía otra mujer, feliz. Silvio se tatuó el nombre de Tamara en su brazo”. Vivieron cuatro años juntos y Mara pudo recuperarse de un cáncer.
Mauricio, ex agente de Prefectura, vivió un tiempo en Miami y al volver a Rosario quiso ejercer influencia sobre Mara. En sus locas pretensiones quería la casa de su madre.
La casa en disputa era una humilde vivienda de zona sur, con una planta alta a la que se ingresa por una escalera exterior. En el tiempo en que Mauricio estuvo en la casa, aproximadamente dos años, Mara intentó ayudarlo. El muchacho vivía encerrado y “drogándose”, cuentan los vecinos del barrio. Pero Mauricio volvió muy cruzado por las adicciones. Una vecina relató con gesto indignado que “él vendía y cocinaba cocaína, la fumaba en un frasco. Bajó mucho de peso y se empezó a descuidar”.
>> Leer más: Mara y su pareja, las víctimas del último delirio de Mauricio Marionsini
A Mauricio lo detuvieron el 23 de enero en una plazoleta cercana a la Terminal de Ómnibus. Estaba flaco y demacrado, ni se podía mover. Los fiscales argumentaron que el móvil del doble homicidio fue que Mauricio Marionsini no quería que Silvio ni su madre se quedaran con la casa. Durante la audiencia imputativa, el juez Rodrigo Santana argumentó violencia de género y femicidio y accedió a darle prisión por dos años.
En agosto de 2024, el fiscal Ferlazzo adelantó que pediría una pena de prisión perpetua para Mauricio Marionsini. Estaba imputado de los delitos de “homicidio calificado por el vínculo, por mediar un contexto de género, por ensañamiento y por alevosía” respecto de su madre y “homicidio calificado por ensañamiento y por alevosía” por el crimen de Silvio Martini. Además le imputaron un hurto agravado por haberse llevado dinero del almacén que las víctimas explotaban en un local lindero a la vivienda, así como los celulares de ambos.