La jueza de Resistencia Zunilda Niremperger procesó con prisión preventiva al exsuboficial mayor de la Dirección de Investigaciones de la Policía del Chaco, Gabino Manader
En los ‘70, el cura Joaquín Núñez perteneció al Movimiento Rural Católico y fue apoyo espiritual de la creación de las Ligas Agrarias.
Por Claudio Berón
La jueza de Resistencia Zunilda Niremperger procesó con prisión preventiva al exsuboficial mayor de la Dirección de Investigaciones de la Policía del Chaco, Gabino Manader
El caso es por la privación ilegal de la libertad y la aplicación de tormentos a los párrocos Joaquín Núñez y Gianfranco Testa, pertenecientes a la Orden Franciscana, los hechos ocurrieron durante la dictadura en 1974 en la Alcaidía de Sáenz Peña, por considerarlas crímenes de lesa humanidad.
La resolución fue dictada el 18 de septiembre pasado en línea con el pedido formulado por la Unidad Fiscal de Derechos Humanos de Resistencia, integrada por el fiscal general Carlos Amad, el fiscal federal Patricio Sabadini y los auxiliares fiscales Diego Vigay y Horacio Rodríguez.
Según la investigación, en los inicios de la década del ‘70, Núñez y Testa pertenecieron al Movimiento Rural Católico y luego fueron parte de la creación del movimiento de las Ligas Agrarias, que agrupó a pequeños productores. Los sacerdotes, responsables de las Parroquias de Quitilipi y Machagai, fueron detenidos el 14 de abril de 1974 por la Policía del Chaco y luego trasladados a la Alcaidía de Sáenz Peña. De acuerdo con los elementos recabados en la causa, una vez allí fueron torturados durante varios días por una comisión de la Dirección de Investigaciones de la Policía provincial, encabezada por el jefe Carlos Alcides Thomas y el subjefe Wenceslao Ceniquel, el suboficial Manader -el único con vida de este grupo- y el agente José María Cardozo.
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“Se puede apreciar que los relatos de los denunciantes, testigos y la documentación recolectada, son coincidentes a los fines de corroborar la hipótesis delictiva, con el grado de certeza propio de la instancia, y permiten establecer que Núñez y Testa fueron privados de su libertad conforme sus relatos y que presentaban lesiones producto de los reiterados golpes padecidos en las dependencias policiales de Sáenz Peña”, sostuvo la jueza Niremperger.
Núñez pertenecía a la Orden de los Franciscanos y estuvo cinco años privado de su libertad. Pasó por Alcaidía Policial de Resistencia y las cárceles federales de Resistencia, Rawson (Chubut) y Devoto (Capital Federal) y en un penal provincial de La Plata (Buenos Aires). En 1986 constituyó la parroquia de Caacupé en el barrio de Bella Vista, ubicado en la ciudad de Rosario, donde realizó trabajo social durante años.
El padre Joaquín, como se lo conoció en zona oeste, falleció en agosto pasado a los 82 años. Joaquín Núñez trabajó desde 1986 en Bella Vista Oeste, donde levantó la capilla “Caapè”. También construyó el comedor San José Obrero, ubicado en Pascual Rosas al 1800, lugar donde además habitó siempre en una modesta casa. El sacerdote tuvo una activa militancia por los derechos de los niños y contra el narcotráfico. "A los pibes que bauticé, la droga los hace desconocerme", lamentó Joaquín en una nota con La Capital. Núñez ejerció su tarea pastoral en Corrientes y con los trabajadores de Quitilipi (Chaco), donde fue secuestrado y detenido en 1974. Tras pasar por varias cárceles durante dictadura (Sáenz Peña, Resistencia, Rawson, Devoto y La Plata), fue liberado recién en 1979. Cuando llegó a Rosario se instaló en la parroquia de Avellaneda y Mendoza, en barrio Echesortu.
En una nota con La Capital, le preguntaron al sacerdote qué cuestiones le plantearía a la máxima autoridad de la Iglesia Católica, Joaquín respondió: "Una mayor apertura en la administración sacramental". En pocas palabras, que nunca más se deje de bautizar a un niño porque sus padres no están casados, que divorciados y parejas igualitarias puedan acceder a la comunión, y que el celibato sea sólo una opción entre los curas. Y, por supuesto, que el compromiso de la Iglesia con los pobres sea "más profundo". Falleció en un hogar de la congregación de los Franciscanos.
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Por su parte, Testa fue integrante de la Orden Los Misioneros de la Consolata, y estuvo detenido en la Alcaidía de Resistencia y en cárcel federal de Resistencia. Por su nacionalidad italiana fue expulsado del país en 1978. Luego ejerció el sacerdocio en Nicaragua y Colombia y actualmente reside en Italia.
El 25 de junio de 2019, el Tribunal Oral Federal de Resistencia condenó a cuatro expolicías y exmilitares por crímenes de lesa humanidad perpetrados durante la última dictadura militar en la provincia de Chaco contra pobladores rurales y militantes campesinos, en el juicio conocido como “Ligas Agrarias”. El tribunal le impuso la pena de prisión perpetua al exteniente coronel del Ejército Tadeo Bettolli, por el homicidio agravado del dirigente campesino Raúl Eduardo Gómez Estigarribia, y la misma pena para el exagente policial Alcides Sanferraiter por el homicidio agravado por alevosía del militante rural Carlos Picolli. Además, recibieron penas de 4 y 18 años de prisión los excomisarios José Rodríguez Valiente y Eduardo Wischnivetzky por encubrimiento, privación ilegítima de la libertad y tormentos, según cada caso.
El mismo tribunal había condenado a los responsables de crímenes contra dirigentes y militantes de las Ligas Agrarias en distintos juicios orales en el marco de las causas denominadas: Masacre de Margarita Belén (2011), Caballero I (2010), Caballero II (2018) y Caballero III (2021) .A su vez, el Tribunal Oral Federal de San Martín condenó en 2021 a militares del Batallón 601 en el marco de la causa Contraofensiva por las desapariciones, entre otras, de los dirigentes de las Ligas Agrarias de Chaco Hugo Vocouber, Luis Alberto Fleitas y Armando Molina, ocurridas en 1980.