La declaración como testigo reservado de una persona del entorno del acusado fue lo que destrabó la investigación por el crimen del arquitecto Joaquín Pérez, a quien balearon para robarle el auto cerca de su casa de Arroyito hace tres años. Se presentó el 1º de octubre, aclaró que no pretendía cobrar la recompensa de 1 millón de pesos a cambio de información ofrecida por la provincia y dijo que lo movía el “remordimiento”. El testimonio abrió el abanico hacia otros cinco testigos que citó el fiscal Adrián Spelta como evidencia en la audiencia imputativa de este lunes contra Cristian Rodoldo L., acusado además como coautor del asesinato de un comisionista.
El fiscal explicó en la audiencia cómo llegó la investigación a la detención de L., tres años después del ataque que sufrió Pérez, un crimen que motivó masivas movilizaciones en reclamo de seguridad. Fue a partir de un testigo que dijo conocer desde hace mucho tiempo a Cristian Rodolfo L. el joven de 25 años que este lunes fue imputado como quien manejaba la moto en la que iba el tirador. Además lo imputaron como coautor del asesinato de Ariel Simoncini, emboscado en Alberdi el año pasado cuando fue a comprar una moto que se ofrecía por Marketplace.
El testigo se acercó a la Fiscalía ante la noticia, divulgada en septiembre, de que el Ministerio Público de la Acusación había actualizado los montos de recompensa para esclarecer crímenes, entre ellos el de Pérez. Contó que conoce desde hace mucho tiempo a Cristian Rodolfo L. y precisó que en una fecha determinada le había acercado una moto y una mochila con dinero para que esconderlas. Cuando el fiscal fue a cotejar esa fecha advirtió que no coincidía con el crimen de Pérez sino con el del comisionista, ultimado quince meses más tarde.
El conductor de la moto
Al exhibirle el video tomado por cámaras de vigilancia sobre el ataque a Pérez, que se reprodujo en la audiencia, el testigo señaló al acusado como quien manejaba la moto. A partir de ese relato la Fiscalía contactó a otras cinco personas del entorno del acusado. Todas declararon bajo reserva de identidad. Otras tres lo apuntaron como el conductor de la moto al ver la filmación.
“Lo que nos manifiestan los testigos es que era costumbre de él cometer hechos de robo en motocicleta. Este no era el primero ni el último de los casos que había cometido”, dijo Spelta en conferencia de prensa, en referencia a un episodio en el que abordaron a una persona a la que contactaron por Marketplace para la compra de dólares y le dispararon sin llegar a herirla en Donado y Mendoza.
El fiscal indicó que L. habría actuado dentro de una banda que se dedicaba a este tipo de delitos: “Entendemos que se juntó con un grupo de personas que colaboraron o que de alguna manera planificaban este hecho”. Incluso una de las motos usadas en el ataque a Simoncini fue recuperada en los allanamientos de los últimos días, dijo el fiscal, lo que a su entender revela que el acusado “no tenía intenciones de desprenderse” del vehículo.
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Soldador en blanco
El detenido se presentó en la audiencia como un soldador con empleo en blanco. Fue asistido por una abogada particular y se abstuvo de declarar. “Tal vez después de evaluar la evidencia pueda formular alguna declaración”, dijo Spelta, y amplió: "Venimos trabajando en determinar qué grado de participación tuvo L. en estos hechos, en virtud de que aporte algún dato, si es su deseo de declarar a futuro, y determinar así quiénes fueron los gatilleros o el gatillero. Podríamos suponer que se trata de la misma persona en los dos homicidios".
Si bien se mantuvo reserva de su identidad los testigos no ingresaron a programas de resguardo. Uno de los motivos por los que el juez Florentino Malaponte resolvió dictar la prisión preventiva de L. fue el riesgo de amedrentamiento y el hecho de que quedan medidas de prueba. Además del alto monto de pena que prevén los delitos que le imputaron: dos homicidios calificados criminis causa y, en el caso de Simoncini, además calificado por el acuerdo previo entre más de tres personas.
Emboscado en Alberdi
El asesinato de Joaquín Fernando Pérez, de 34 años, fue el 19 de octubre de 2021, poco antes de las 22.30. Lo balearon para robarle el auto en el ingreso de una cochera de Muñiz al 1200 en el barrio Arroyito. Lo abordaron dos hombres y le efectuaron tres disparos a quemarropa. La víctima corrió hasta su casa de Juan B. Justo al 1700 y se desvaneció en la puerta delante de su esposa y su hija de 2 años. Más tarde murió en el hospital.
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Foto: Twitter @lt8AM830
Ariel del Luján Simoncini, en tanto, fue asesinado el 7 de enero de 2023 en Zelaya al 900. El hombre de 54 años fue víctima de un engaño en el marco de una transacción por Marketplace, la tienda de compraventas de Facebook. Había pactado la compra de una moto. A las 16 de ese día se encontró con cuatro personas que iban en dos motos en la esquina de Matheu y Zelaya. Los falsos vendedores lo abordaron con armas y lo atacaron con dos disparos para robarle 950 mil pesos y 3 mil dólares. Simoncini murió en el lugar.
En la causa ya hay cuatro personas imputadas, entre ellos un hombre que al momento del crimen estaba preso en la cárcel de Coronda.