Un preso de Piñero fue condenado a 13 años por extorsiones en nombre de Los Monos

El preso Gastón Escalante aceptó pena por dirigir una asociación ilícita que apretaba a comerciantes de zona sudoeste y baleó a una nena de 13 años

Martes 05 de Noviembre de 2024

Un preso de la cárcel de Piñero fue condenado a 13 años de prisión efectiva como jefe de una asociación ilícita que tres años atrás se dedicaba a cometer extorsiones a comerciantes, a quienes les exigían una suma de 40 mil pesos más un aporte mensual a cambio de dejarlos trabajar “tranquilos” y no atacar a tiros sus negocios. Acaso para revestir de seriedad los aprietes del grupo, el detenido como líder decía actuar en nombre de “Los Cantero” o de “Los Monos” e incluso en algunos llamados extorsivos se presentaba bajo el nombre ficticio de Pablo Cantero.

La condena fue dictada en un juicio abreviado que se realizó el lunes en el Centro de Justicia Penal. A partir de un acuerdo con la defensa del acusado, el fiscal Luis Schiappa Pietra solicitó la pena de 13 años de prisión para Gastón Escalante como jefe de una asociación ilícita y por ocho hechos de extorsión en grado de tentativa, un episodio consumado y el intento de homicidio agravado de una nena que resultó herida en el abdomen en una balacera intimidatoria.

Un tribunal integrado por los jueces Silvana Lamas González, Ismael Manfrín y Gonzalo López Quintana dictó la condena. Como parte del trámite, Escalante aceptó la pena y su responsabilidad en los hechos, por los que fueron acusadas otras dos personas. Uno es Brian Heredia, quien el 17 de octubre pasado fue condenado a 5 años de prisión efectiva como miembro de una asociación ilícita y por intervenir en un hecho de extorsión. En tanto que sigue imputada en la causa Abigail Noelia L., detenida junto a Brian en una casa de Francia al 5300 en noviembre de 2021.

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En esos allanamientos que realizó la Tropa de Operaciones Especiales quedó al descubierto la trama de extorsiones cometidas en nombre de “Los Cantero” o de “Los Monos”. Las víctimas fueron comerciantes a quienes llamaban por teléfono para exigirles 40 mil pesos por mes a cambio de “dejarlos trabajar tranquilos”. En la investigación fiscal se detectó que los llamados eran realizados con un celular desde la cárcel de Piñero. La pareja detenida fue acusada de pasar a cobrar o concretar balaceras contra quienes se negaban a pagar.

"Te lo cierro a tiros"

La saga había comenzado a comienzos de octubre de ese año. “Te cierro el negocio a tiros si no colaborás”, fue el mensaje que recibieron varios comerciantes del sudoeste rosarino. A partir de intervenciones telefónicas que ordenó el primer fiscal del caso, Mariano Ríos Artacho, se detectó que los llamados partían de la cárcel de Piñero y eran realizados por Escalante desde un teléfono móvil registrado a su nombre. El preso había sido condenado en julio de 2019 a 5 años de cárcel en un procedimiento abreviado por dos robos simples, otro a mano armada y resistencia a la autoridad.

Como si hubiera preparado una lista, hizo un llamado tras otro con la misma modalidad. Los realizaba invocando una supuesta pertenencia a Los Monos. Incluso a veces se había llamar Pablo Cantero, de manera que resonara el nombre del clan familiar de la zona sur rosarina. Las escuchas también permitieron llegar a la pareja que aparecía como la encargada de ejecutar las órdenes de Escalante en la calle al menos como cobradores.

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Según la investigación, el grupo reclamaba un pago inicial de 40 mil pesos y 10 mil por semana que denominaban “la contribución”. En caso de no aceptar la propuesta amenazaban con balear los frentes de los negocios o cometer otros daños. Se advirtió que Escalante enviaba a personas de su confianza para que aportaran datos sobre los negocios. En algunos casos les comentó a sus interlocutores que en ese momento estaban atendiendo a una persona que tenía un perrito o que vestía de determinada manera. “Para que sepan que los estamos vigilando”, decía.

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Cadena de extorsiones

Uno de los hechos fue el 29 de septiembre de 2021, minutos después de las 17.30, cuando Escalante llamó por teléfono a una personas que trabaja en un negocio de Cereseto al 5500 y le exigió 40 mil pesos como pago inicial y luego 10 mil por semana para que no tuviera que cerrar el comercio. La víctima accedió y al día siguiente pasó Abigaíl, retiró 40 mil pesos y se fue en una moto. Dos semanas después, el 16 de octubre, Escalante le pidió a Brian que fuera hasta ese local a asustar a la víctima para que pagara el resto del dinero.

Pasadas las 19 del 2 de octubre habló a un local de Hilarión de la Quintana al 2800 e intimidó al dueño. Se identificó como parte de la banda de Los Monos y le dijo que iba a tener que pagar por protección. El comerciante cortó la comunicación pero ese día recibió otras siete llamadas del mismo número. Previamente había ocurrido lo mismo en un negocio de Ovidio Lagos al 5300.

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El 13 de octubre de 2021 llamó a un negocio de bulevar Seguí al 5200 y extorsionó al dueño con el mismo discurso. “Me presento, soy Pablo Cantero, el chico que anda cobrando la zona a todos los negocios de alrededores que tenemos ahí”, se presentó. “Lo dejo trabajar tranquilo, nadie lo va a molestar. Me están pagando al mes 40 mil pesos y por semana 10 mil. Si usted no colabora, en este momento ya está por cerrar, se puede encontrar con alguien. Te puedo hacer cerrar el negocio, te lo cierro a los tiros”, amenazó.

Cinco minutos después hizo un llamado a un negocio de Doctor Riva al 2900. En ambos casos las víctimas cortaron las llamadas. A los quince minutos el preso se contactó con un local de comidas rápidas de la zona. Una mujer accedió a pagar, aunque con la condición de que llamaran en otro momento para arreglar con el hijo y por un monto inferior.

"La largan al toque"

En otra comunicación interceptada Escalante se quejaba de que a la llamada “la largan al toque”. Por eso le ofreció a su subordinado “entre 6 o 7 lucas” para él y otro tanto para algún compañero por ir a apretar a un comerciante que no pagaba la cuota: “Se hace el pillo”, se quejó. “Haceme la segunda, tengo que hacer una banda de locales”.

Entre el 9 de octubre y el 6 de noviembre fue extorsionado un comerciante a quien exigían 40 mil pesos bajo amenaza de atentar contra su familia. Esto culminó cuando personas aún no identificadas fueron a disparar con una pistola calibre 9 milímetros contra una vivienda de Francia al 4000 donde la hija menor de la víctima resultó baleada en el abdomen.

Fue el sábado 10 de noviembre de ese año. En la planta alta estaba Nicole, de 13 años, a quien una bala le atravesó el estómago. La niña fue internada en el Hospital de Niño Víctor J. Vilela, donde comenzó a comer sólidos a los pocos días. Desde un primer momento quedó claro que la balacera fue cometida en un contexto de extorsión. La familia tenía en la planta baja un comercio dedicado a la venta de productos para el hogar. Según contó entonces a este diario un tío de la chica, hacía más de un mes que sufrían amenazas.

"Escuchá loco, vos no nos vas a hacer renegar más. Pasan las ocho de la noche y si no pagás 400 lucas andá buscando sala velatoria", le dijeron poco antes de la balacera. Después, las amenazas continuaron: “Te vas a arrepentir toda tu vida de no habernos pagado a nosotros”. Tras el incidente, vecinos convocaron a una manifestación en Francia y Doctor Riva.