Con el oficialismo surcando la recta final hacia la sanción de una reforma judicial que, entre otros puntos, eleva a siete la cantidad de integrantes de la Corte Suprema santafesina, descartando aumentarlos a nueve o reducirlos a cinco, comienza a correr la cuenta regresiva para materializar una deuda histórica: la actualización de la Constitución provincial.
Entre el martes y el miércoles próximos volverán a reunirse las comisiones de Asuntos Constitucionales y Legislación General y de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados de Santa Fe para dictaminar sobre la reforma judicial de cara a la sesión del jueves, en la que Unidos hará valer su mayoría. El Senado, en tanto, trataría el tema esa misma jornada o en la cita parlamentaria prevista para siete días después.
Hay cuatro proyectos reformistas sobre la mesa, tres del oficialismo que ya contaban con estado parlamentario y otro impulsado por un sector del PJ, que ingresó sobre la hora. Todo en medio de un debate sazonado por los cruces entre la Justicia y la Casa Gris, que meses atrás fijó el curso: hacer realidad antes que concluya 2024 la renovación de la Corte Suprema.
La reunión conjunta de las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Presupuesto del jueves pasado no alumbró un dictamen pero sí evidenció la posibilidad de que diputados peronistas y los del bloque Somos Vida (Amalia Granata) voten en contra de la iniciativa que incrementa a siete los cortesanos provinciales.
El nuevo proyecto fue ingresado por el justicialista Miguel Rabbia y promueve la reducción de la cantidad de miembros de la Corte Suprema de seis a cinco. La misma posición de Somos Vida.
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Los legisladores de la coalición oficialista apuestan a un máximo tribunal impar, como también a fijar cuándo finalizarán los mandatos de sus integrantes (75 años) e incorporar medidas que garanticen la transparencia del servicio de Justicia.
Si los cambios en la Justicia obtienen luz verde antes que finalice noviembre, arrancará la fase de definiciones de los nombres de quienes cubrirán las próximas vacantes (dos de las cuales, Mario Netri y María Angélica Gastaldi, se materializarán en diciembre y en abril, respectivamente).
La ya activada danza de postulantes incluye la nueva poltrona a habilitar vía reforma judicial. El intendente de Rosario, Pablo Javkin, no ocultó su aspiración respecto del alto tribunal, aunque subrayó que lo pondrá a consideración una vez que deje el Palacio de los Leones, en diciembre de 2027.
Cerrado el capítulo de los retoques en el Poder Judicial, la atención se enfocará en la reforma constitucional. Si bien en los últimos días actores de peso en ese proceso posaron la lupa — incluso algunos viajaron en rol de veedores— sobre las elecciones presidenciales en Estados Unidos, en el oficialismo no desesperan respecto de los acuerdos internos y con la oposición.
“Es como un cierre de listas electorales: en las últimas 24 horas suelen llegar las coincidencias y las definiciones clave”, deslizó a La Capital un dirigente de Unidos.
Reforma constitucional: factores a atender
No obstante, habrá que mensurar en el debate constitucional, además de la necesidad de no ligar al Ejecutivo a la movida con una eventual convocatoria a extraordinarias, el impacto del entendimiento entre Granata y Marcelo Lewandowski —Rabbia responde al sector que comanda el senador nacional— y la nueva estocada de la jefa de La Libertad Avanza (LLA) de Santa Fe, Romina Diez, al gobierno de Maximiliano Pullaro, tonificada por la portación de sondeos que seguirían reflejando indicadores positivos para el mileísmo en la bota provincial.
En Diputados hay una media docena de proyectos que promueven cambios en la Carta Magna, mientras que el senador provincial Joaquín Gramajo (Unite, aliado al oficialismo) presentó una propuesta con enmiendas parciales.
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La Legislatura santafesina concentra la atención política.
Foto: Archivo / La Capital.
En la Cámara alta el radicalismo ostenta los dos tercios del cuerpo necesarios para avanzar con la respectiva ley de necesidad de la reforma. Sin embargo, en Unidos también está la idea de garantizar primero la media sanción en Diputados, donde sí hace falta el aval de parte de la oposición.
De hecho, acerca de la presentación de Gramajo, en el frente advirtieron —en voz baja—: “En la iniciativa del Senado se discute todo, menos la propia Cámara alta”.
Mientras la coalición oficial sigue estudiando el contenido una reforma también a negociar contrarreloj con las bancadas opositoras, radicales y socialistas empiezan a definir cuándo y cómo elegir convencionales constituyentes. Si no hay Paso, será todo un desafío para la convivencia de un frente como Unidos, pero también para un peronismo que no logra unir sus fisuras.