El viaje a Nueva York, la emergencia en Córdoba y la difusión de los datos de pobreza mostraron una tendencia del presidente a distanciarse física y conceptualmente. Pullaro suma a la EPE como caso testigo y tiende puentes federales
Por Mariano D'Arrigo
Foto AP Photo/Seth Wenig
En sus días más difíciles como presidente, Javier Milei acentúa su tendencia al autoencierro.
La canciller Diana Mondino usó en la ONU una palabra llamativa para anunciar que la Argentina no rubricará el Pacto del Futuro: disociar. Una palabra del campo de la psicología y ajena a la estricta y protocolizada jerga de las relaciones internacionales, pero que diagnostica involuntariamente la tendencia del gobierno de Javier Milei a desconectarse del entorno. Justo cuando la realidad política, económica y social se vuelve más hostil.
Antes del acto de este sábado en el parque Lezama y que marca una especie de vuelta al kilómetro cero del mileísimo político, son varios los episodios que ilustran la tendencia de la administración libertaria al autoencierro. Tanto en sentido físico como conceptual.
Con el asado del mini pacto de Olivos, el gobierno probó que puede reunir una minoría defensiva para sostener el veto presidencial y poner a resguardo a Milei de un eventual juicio político. Al mismo tiempo, ese tinglado deja fuera a otros espacios legislativos que le permitieron construir una mayoría con la ley Bases.
Aún con sus limitaciones, fracturas expuestas y liderazgos en la cuerda floja, en bloques como la UCR, Encuentro Federal y el PRO se animan a impulsar su propia agenda y hundir los DNU de Milei. En tres meses, el exarquero pasó de un planteo ofensivo a lo Guardiola a poner dos líneas de 5.
Más allá de que el viaje a Nueva York fue el de mayor densidad institucional desde que asumió como presidente, Milei se mostró en Estados Unidos más apegado que nunca a sus dogmas. Los viejos y los nuevos. Desde el supuesto complot socialista para apoderarse de las principales instituciones globales hasta el cepo al dólar como ancla de la desinflación.
Un Milei eufórico en Wall Street pareció olvidar que los mercados no responden a la ideología sino que reaccionan a los incentivos como el perro de Pavlov. Milei pateó una vez más el levantamiento de las restricciones cambiarias y los bonos y las acciones argentinas cayeron.
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Otra vez Milei se puso en el modo en modo profeta que activa en los foros internacionales, pero debutó en la ONU en un recinto semivacío. Una nueva demostración de que la atención que puede captar el personaje no se traduce necesariamente en prestigio e influencia para el país.
El mensaje del presidente tuvo pasajes llamativos. Por ejemplo, la autoestima para criticar la incapacidad del sistema de gobernanza global para resolver conflictos, cuando Milei encabeza un grupo político plagado de intrigas palaciegas y que no para de expulsar funcionarios y legisladores. El exministro de Salud Mario Russo es el último de una lista de purgados que seguirá sumando renglones.
Más significativo y costoso en términos diplomáticos e incluso económicos es el rechazo abierto a la agenda 2030, rebautizada agenda 2045. Un decálogo de buenas intenciones de la ONU sobre la lucha contra la pobreza, la defensa de la igualdad de género y el cuidado del medio ambiente, de aplicación extremadamente laxa.
En la arena internacional Milei se guía con un mapa de la Guerra Fría y va a contramano del mundo al que dice querer volver. Puso a la Argentina en la vereda opuesta a Estados Unidos, Israel y la Unión Europea y ubicó al país en el mismo bando que Rusia, Irán, Corea del Norte y Nicaragua. Estados que no son precisamente faros de la libertad.
Más allá de que Milei es una de las figuras de la internacional reaccionaria, resulta sorprendente el arrebato nacionalista en el caso de un anarcocapitalista que sueña con abolir al Estado y convertir al mundo en un gigantesco mercado sin fronteras ni barreras.
Fuera de ese rapto soberanista, el discurso del libertario es música para los oídos de los magnates tecnológicos. Milei acierta cuando observa un nuevo tablero de poder global con jugadores pesados como Elon Musk, que desconocen la autoridad de los Estados, aunque puede confundir deseo con realidad.
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En medio de una escalada con Lula y la Corte Suprema brasileña, el dueño de Starlink tuvo que pagar tres millones de dólares de multas y someterse a la Justicia. El Poder Judicial investiga el uso de trolls en la planificación del fallido golpe de Estado en enero de 2023 y tiene en la mira a Fernando Cerimedo, uno de los generales de las milicias digitales de Milei. Aún maltrechos y desbordados, los Estados nacionales siguen vivitos y regulando.
También se espera que actúen en las emergencias, como los incendios en Córdoba. El abordaje del gobierno del tema resultó extraño. Más aún, en un distrito que puso al kirchnerismo en la lista de cancelados por retacear ayuda nacional en el levantamiento policial de 2013 y en donde Milei arrasó en el balotaje con 75% de los votos.
Otra vez al borde del cosplay, el presidente se calzó el uniforme militar, sobrevoló la zona en helicóptero y nunca bajó a saludar a los bomberos, que quedaron formados a los rayos del sol. El mensaje que parece emitir la Casa Rosada es que los diputados que blindaron el veto a una ley que aumentó 13 mil pesos a los jubilados son héroes, pero los hombres y mujeres que pelearon cuerpo a cuerpo contra el fuego que devoró viviendas y unidades productivas no merecen ni un apretón de manos. El negativo del superávit fiscal es un déficit en empatía.
Incluso, Milei fue más allá y retuiteó un posteo que sostenía que habían detenido a 17 militantes de La Cámpora por los incendios. Una noticia falsa, desmentida tanto por la Justicia como por el gobierno de Córdoba, que no es precisamente un amigo del kirchnerismo.
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El problema para la democracia argentina es que la devaluación de la palabra presidencial por la propagación de fake news puede significar en algún momento un costo personal para Milei pero resulta funcional a su idea de vaciar la legitimidad del Estado y la política en general.
El apoyo a la democracia y la confianza en las instituciones también se va drenando con las sucesivas crisis económicas y los saltos en la pobreza y la indigencia como los que registró el Indec en el primer semestre. En este caso, la pesada herencia del Frente de Todos es sólo una parte de la historia. Milei es al menos coautor de ese drama, por decisiones como la devaluación, la desregulación y el aumento de tarifas, y la licuación de salarios y jubilaciones.
Para dimensionar lo que significa el salto de diez puntos en la pobreza: si se ubicara a un metro de distancia a las 5 millones de personas que cayeron en la pobreza en la primera mitad del año formarían una fila de Ushuaia a La Quiaca.
En el momento exacto en que el organismo conducido por Marcos Lavagna publicó los alarmantes datos de la Encuesta Permanente de Hogares el comando central libertario envió otro posteo a la tuitósfera. Allí se ve a Karina Milei, la jefa del jefe, sonriente con Susana Giménez y Thor, el nuevo integrante canino de la familia presidencial ampliada. Jacobinos con el termómetro social de la aristocracia francesa en abril de 1789.
¿Se trató de una descoordinación entre community managers o el intento del cada vez más poderoso Santiago Caputo de desviar la conversación o, al menos, tirarle un hueso simbólico a los propios? En este caso, el Mago del Kremlin se va quedando sin conejos para encantar a una audiencia agobiada y que se pregunta por el fin (en el doble sentido del término) de las penurias económicas.
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En los términos de Milei, resulta menos preocupante la circunstancial pérdida de apoyos en el medio del ajuste que la intrascendencia de la palabra presidencial. Sin recursos políticos institucionales para materializar su agenda, el expanelista encarna un liderazgo en minoría que necesita instalarse en el centro de la atención (y la tensión) pública.
Pese a la retórica incendiaria de talibanes como Federico Sturzenegger, otra vez Milei mostró pragmatismo y selló una tregua con un sector de la CGT. En un intento de comprar paz en las calles y en los lugares de trabajo, el presidente reglamentó la reforma laboral contenida en la ley Bases pero vació el debate parlamentario del proyecto del radicalismo que apunta al corazón del poder de la dirigencia sindical tradicional, como la reelección indefinida, la cuota solidaria y las elecciones con altas barreras de entrada para los opositores.
De todos modos, este miércoles Milei volverá a enfrentar en las calles el desafío de la comunidad universitaria, que impulsó en abril la única movilización masiva que incomodó al gobierno: salieron a protestar miles de votantes de La Libertad Avanza y pocas instituciones encarnan mejor que la universidad pública el ideario liberal de ascenso social en función del esfuerzo personal y el mérito.
Para el ensayista Alejandro Katz, Milei es el emergente de una época histórica donde está en crisis el proyecto de la modernidad y se quebró la noción de progreso.
“Milei busca reponer la idea del orden, pero es un orden jerárquico: que cada uno vuelva a su lugar”, sostiene el escritor, que pasó este miércoles por Rosario invitado por el GEN. Katz ve en Milei alguien que logra canalizar resentimientos transversales, que lidera una corriente que llegó para quedarse más allá de la suerte de la aventura libertaria en el gobierno y observa un “déficit de imaginación política” en la oposición. “Carecemos de actores reformistas, la Argentina se volvió un país muy conservador”, cuestiona.
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A su modo y a escala provincial, Maximiliano Pullaro se para desde el lugar de la reforma versus el statu quo.
Tras la pulseada con el sindicato de Obras Sanitarias en Aguas Santafesinas, el gobierno replicó el mismo esquema en la EPE con Luz y Fuerza como adversario. Son conflictos que al gobierno le sirven para mostrar que avanza en el terreno de la austeridad y combate a los privilegios.
Esa guerra de trincheras abona a un objetivo mayor: alterar la balanza en favor de la política y en desmedro de los poderes permanentes. Por lo bajo, pullaristas paladar negro se diferencian del peronismo pero también de sus socios del PS, reticentes a entrar con el machete en ese denso entramado de intereses. “Esto no empezó con Perotti, viene de hace muchos años y nadie se animó como lo estamos haciendo nosotros”, plantean.
Pullaro es un hombre de la política, que supo canalizar la demanda de cambio, con vocación de poder y que juega al filo del reglamento en la pulseada con sectores del círculo rojo. Rasgos que lo emparentan con Néstor Kirchner, un espejo en el que a los radicales de la mesa chica del gobernador no les desagrada mirarse.
En medio de la redefinición a los tumbos de las competencias entre Nación y las provincias, Pullaro consiguió que Santa Fe sea la sede de la Región Litoral y recibió al gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, uno de los opositores duros a Milei.
“Tenemos buena relación con todos. Se va reconstruyendo el interior productivo, que tiene que tener su propia agenda más allá de las pertenencias partidarias”, argumentan desde la Casa Gris.
Sin embargo, hasta este sábado por la noche la provincia no había difundido la foto oficial con Quintela, que recorrió todo el archipiélago del peronismo santafesino en busca de apoyos para presidir el PJ nacional y se volvió con más gestos que promesas de acompañamiento. Desde el viernes a la mañana el gobierno monitorea el estado de salud del policía baleado mientras trasladaba dinero de una distribuidora, donde hacía adicionales.
El hecho ocurrió un día después de que la provincia difundió que el número de homicidios es el más bajo en una década. Desde la cima del gobierno le piden a los voceros mesura y evitar el triunfalismo.
Un detalle político del comunicado de prensa de la provincia es que destaca en la baja de la violencia el rol de la policía, el Ministerio Público de la Acusación y los operativos barriales del Ministerio de Igualdad y Desarrollo Humano, pero no se menciona al Estado nacional.
“En toda la provincia se está dando la baja de homicidios. En la ciudad de Santa Fe bajó más de 50 por ciento y ahí no hay un solo federal. No es restar méritos, es poner las cosas en su lugar. Hay barrios donde solamente tenemos intervención nosotros y los homicidios bajaron de 18 a cero”, resaltan desde la mesa chica del gobernador.
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Más allá de las intenciones de la Casa Gris de no alimentar antes de tiempo una polémica con el gobierno nacional, a medida que se acerquen las elecciones irá creciendo en intensidad el debate sobre a quién le corresponde la medalla por la reducción de los homicidios, pero también sobre modelos de país.
Pullaro, Milei y el resto de la dirigencia política deben hacer pie en un nuevo terreno ideológico. De acuerdo a un estudio del Observatorio Pulsar, dependiente de la UBA, el 52% de la población se inclina por posturas pro-mercado (frente a un 41% pro-Estado) pero el 55% se autopercibe progresista en términos de los valores (versus un 38% conservador). Un cambio de época respecto a la era del consenso estatista, pero que obliga a evitar los microclimas políticos.
Los bomberos trabajaron en la zona de Juan María Gutiérrez y Cepeda por más de una hora. En la unidad estaba solo el chofer y los daños fueron totales
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