El gobierno nacional despidió a 15 empleados de la empresa Intercargo tras una medida de fuerza que afectó el funcionamiento de aeropuertos, durante la cual los trabajadores impidieron que los pasajeros descendieran de los aviones.
"En la Argentina que estamos construyendo no vamos a permitir estos mecanismos de extorsión", dijo el ministro Luis Caputo. El gobierno ya había anticipado medidas
El gobierno nacional despidió a 15 empleados de la empresa Intercargo tras una medida de fuerza que afectó el funcionamiento de aeropuertos, durante la cual los trabajadores impidieron que los pasajeros descendieran de los aviones.
La medida fue vista como una violación de derechos, y el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció que se tomarían acciones legales contra los responsables. Además, se presentó una denuncia por privación ilegítima de la libertad contra el gremio involucrado en la protesta.
La asamblea gremial sorpresa de los trabajadores de Intercargo no solo afectó los vuelos, sino que también mantuvo a algunos pasajeros atrapados dentro de los aviones sin poder desembarcar.
La ministra Patricia Bullrich había anticipado la medida a través de sus redes sociales, señaló: “Pasajeros con síntomas de descompensación y ataques de pánico. La PSA está colaborando con Franco Mogetta, secretario de Transporte de la Nación, para ayudar a los pasajeros varados en los aviones, ya que no hay servicio de escaleras ni rampas”.
La medida de fuerza iniciada por Intercargo, empresa a cargo del servicio de rampa que utilizan varias aerolíneas, comenzó cerca de las 11 de la mañana en Aeroparque y luego se extendió a Ezeiza, en protesta por el despido de un trabajador en el aeropuerto metropolitano.
En las partidas, el personal dejó de despachar equipajes, mientras que en los arribos permiten descender a los pasajeros, pero sin entregar sus pertenencias. La protesta generó cancelaciones y demoras en vuelos de diversas aerolíneas.
Flybondi, por su parte, informó que la sorpresiva asamblea gremial en Aeroparque llevó a la cancelación de ocho vuelos, afectando a más de 1.340 pasajeros, y a la demora de otros cuatro, impactando a 649 personas.
La aerolínea señaló que “más de 400 personas, entre pasajeros y tripulaciones, permanecieron retenidas en los aviones sin poder desembarcar por más de dos horas debido a esta medida de fuerza. Es inaceptable que un sindicato imponga la privación de libertad a las personas, obligándolas a permanecer a bordo de las aeronaves”.