El peronismo de Santa Fe sigue encerrado en un laberinto del que no puede salir desde hace tiempo. Dispersiones, diferencias convertidas en alergias y una unidad que ni siquiera se intentó para competir por las convencionales constituyentes. Hay un nuevo episodio de la metamorfosis del justicialismo que aún no se sabe qué forma tomará en el futuro, si tendrá varias cabezas, o volverá a la unidad por el espanto.
Esta vez tuvo un nuevo episodio de desorden al alejarse de lo partidario ya que no hubo coincidencia para utilizar al PJ como herramienta electoral. Ya ni siquiera hubo lugar para repetir lo de 2023 cuando sobre el límite cerró una fórmula, a regañadientes, para competir por la gobernación. Lejísimos del esquema de 2019, también a regañadientes pero con fuerte unidad, que lo llevó a Perotti a la gobernación.
Para colmo, enfrente, Unidos selló la alianza dos días antes del cierre y llegará al inicio de campaña descansado, sobrado y organizado. La reforma constitucional fue una bomba para los peronistas porque detonó replanteos y reacomodamientos internos.
La hoja de ruta en el peronismo
Todo estuvo en veremos para el peronismo santafesino a días del límite de presentación de las alianzas y posterior cierre de listas para las convencionales constituyentes. “Está complicado, pero lo vamos a acomodar”, se sinceraba el viernes un experimentado dirigente del PJ provincial. Lo que no sabía es cómo.
La estrategia nunca estuvo, la organización menos y los papeles se incineraron por el aire. Lo que mayormente se expresa off the record y evidencia es falta de voluntad de unidad en el PJ provincial -a excepción de la dirigencia más experimentada-, como si fuese una mancha venenosa. Si esa chispa de unirse pese a todo no está, todo está dicho.
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Marcelo Lewandowski competirá por su espacio lejos del PJ provincial.
Foto: Archivo / La Capital.
Terminó quedando un escenario atomizado. El senador nacional Marcelo Lewandowski avanzó con su armado por fuera del PJ y no hubo nada que lo convenza. De hecho Cristina Fernández conversó con él para ver que tan potable era una lista de unidad por la simple razón de ser el mayor elector pero no se allanó la síntesis.
La expresidenta escuchó las razones de porqué no participaría de la lista del PJ provincial y allí quedó todo. Cristina no lo propuso como candidato, planteó un razonamiento político: que encabece una lista única quien tiene más votos. En otro momento de su carrera quizás hubiese impuesto.
Ahora no, ni tampoco reclamó por el experiodista deportivo. Por lo tanto, no hubo desaire del rosarino, se apuran en aclarar cerca de él. “No es que le dijo que no a Cristina; nada que ver, no fue por ahí la conversación”, explicaron en su entorno.
Luego agregaron: “No hay que meterla a Cristina en este quilombo, lo tenemos que resolver nosotros desde el PJ de Santa Fe”. Quedó en claro que ese enredo se mantuvo y mucho no resolvieron.
Antón pirulero
Las diferencias de Lewandowski con la conducción del PJ provincial -como los senadores, el rossismo, La Cámpora- no se iniciaron con este cierre sino que se arrastran del año pasado luego de la derrota durísima frente a Maximiliano Pullaro.
Tuvo su pico con la conformación de la conducción del PJ hace unos meses y la primera reunión partidaria a fin de año que terminó con sillazos virtuales y trabó todo para esta instancia. Nada se aflojó.
En la semana Armando Traferri, con quien Lewandowski mantiene cierta rivalidad, le ofreció encabezar la lista del PJ provincial y que discutan el resto de las piezas. Hubo un ni, pero fue un no. Este domingo a las 18 Lewandowski firmó la inscripción con su sello Activemos en alianza con Igualdad y Participación de Rubén Giustiniani y con el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID).
En los últimos días volvió a reflotar la idea de que sea Rafael Bielsa el candidato del PJ provincial. Agustín Rossi mantuvo contactos con el excanciller. Esta semana será clave.
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Perotti no se anotó a una alianza y hasta dejó entrever que podría evitar la carrera para reformar la Constitución. Roberto Sukerman irá con su lista por el partido País, ampliando aún más el espectro peronista. Se habló de que podría componer alguna lista con el perottismo.
Si el exgobernador no participa en alguna lista mostraría escasa vocación institucional para alguien con su experiencia. Claro, es mejor eso que una eventual dura derrota electoral, debe decirse en la intimidad. Igualmente, si no va por un frente puede espera y presentar directamente lista en el cierre del 7 de febrero. Sigue sin mostrar las cartas.
Es que no la tiene fácil el peronismo con Unidos en la competencia con el gobernador Maximiliano Pullaro encabezando la lista, con la participación de Amalia Granata y hasta con los vientos soplando del mileísmo con La Libertad Avanza que sumará candidatos de Unite (en la previa se descontaba que iría con Granata).
Por eso suena más complejo si a esta dispersión general se le suma un escenario justicialista partido en mil pedazos, por más que de esta forma todos los peronistas saquen más puntos que en unidad. Acá no hay neolemas ni PASO que canalicen.
"Muchos no entienden que la dispersión puede ser un papelón", define de manera sincera un dirigente del partido. Quizás lo que en el fondo se busque sea medirse internamente para purgar el espacio y cada uno, a lo Antón Pirulero, hace su juego en la convencional.
Hay un punto a destacar: la dispersión puede jugar en contra al peronismo y favorecer en esta elección a Unidos, pero en la convencional puede complicar al oficialismo que haya muchas expresiones opositoras.
Lo que viene
Era presumible este escenario porque se mantienen en loop desconfianzas y diferencias que arrastran desde hace años, que sólo tuvieron un mojón en 2023 con una unidad arrastrada de los pelos que derivó en una derrota de la que aún hoy no escarmienta el espacio.
Nadie cede, nadie quiere perder un metro cuadrado de su monoambiente al contrafrente sin balcón, a nadie se le ocurre una fórmula aunque sea para salir por arriba de ese laberinto en el que está.
Lo más probable es que todo este proceso sea un escalón más de una reconversión hacia algo que aún no se sabe qué será, pero lo seguro es que dejará muchos heridos. El problema para el peronismo es si todos quedan heridos. Y, en ese caso, ¿alguien podrá levantar el bastón de mariscal?