Con el tren de la reforma constitucional ya en marcha, el PJ santafesino se reunirá para tratar de articular una estrategia y analizar qué hace con el grupo rebelde del perottismo, que votó con Unidos.
El peronismo provincial se reúne este viernes en un clima de tensión. La expulsión de los rebeldes, un trámite largo y engorroso
Por Mariano D'Arrigo
Con el tren de la reforma constitucional ya en marcha, el PJ santafesino se reunirá para tratar de articular una estrategia y analizar qué hace con el grupo rebelde del perottismo, que votó con Unidos.
El encuentro este viernes, a las 10. El escenario, la sede del PJ en la capital provincial. Estarán presentes representantes de todos los espacios del partido presidido por Guillermo Cornaglia. “Hay muchos con ganas de ajustar cuentas, pero si los echás les hacés un favor”, dice un dirigente de una tribu con despliegue nacional.
A excepción del exministro Walter Agosto, el resto de los diputados de la bancada referenciada en Omar Perotti pulsó el botón verde para habilitar la reforma, a pesar de que el PJ mandató a sus legisladores a votar en contra.
En el perottismo se muestran convencidos con la decisión que tomaron y consideran que el dictamen que aprobó la Legislatura es “muy bueno”.
Cerca del rafaelino califican a una eventual sanción partidaria como “traída de los pelos”.
“Nos quieren poner a la altura de los represores. A la única gente que echó el PJ es a la que estuvo involucrada con la dictadura”, advierten desde el perottismo.
El espacio del gobernador no enviará a los legisladores con mayor protagonismo, como la presidenta del bloque, Celia Arena, o Marcos Corach.
Sí estará Juan Manuel Pusineri, secretario de organización del PJ de Santa Fe. Le tocará al exministro de Trabajo enfrentar los reclamos de los otros sectores, sobre todo del kirchnerismo.
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De todos modos, el trámite para expulsar a los díscolos es engorroso. Para desterrarlos se necesita un dictamen de la junta disciplinaria, que luego debe ser aprobado por el congreso del partido. Un trámite que puede llevar meses. Sin contar el impacto de expulsar al último gobernador del PJ.
Más allá de la catarsis respecto de la jugada de Perotti, a quien acusan de haber acordado por la suya con Pullaro, el problema de fondo son las dificultades del PJ santafesino para consensuar una estrategia común.
A las diferencias políticas y las desconfianzas entre los caciques se suma que los constituyentes se elegirán sin primarias, otro factor que conspira contra una lista de unidad.
“Omar podría haber arreglado esto con las Paso, nos somete a una situación que es un quilombo”, cuestiona un integrante de la mesa chica del PJ.
Los leales a Perotti entienden que la distribución de espacios en el PJ no representa el peso electoral de cada tribu. Hoy, los dos dirigentes con mayor caudal de votos a nivel provincial están con un pie y medio afuera del partido, conducido de hecho por los senadores.
Marcelo Lewandowski lanzó su propio espacio, Activemos, y en el perottismo se ven empujados a competir por afuera. Una paradoja: la fragmentación de la oferta podría significar más bancas para el PJ en la constituyente, pero al costo de mostrar un peronismo balcanizado.
Mientras en otros campamentos ven que su candidatura es "inevitable", en el entorno del antecesor de Pullaro sostienen que la postulación de Perotti a convencional “va a depender del contexto” y del esquema para la Constituyente y las elecciones locales.
Por lo pronto, Perotti compartió este miércoles un acto con Pullaro en Villa Ocampo y, a su modo, respondió a quienes plantean que la reforma es inoportuna. “Siempre habrá temas de coyuntura que enfrentar, pero un dirigente no puede quedarse atrapado en ellos. Debe enfrentarlos, resolverlos y, al mismo tiempo, pensar en el mediano y largo plazo”, afirmó.