¿Qué sería ir por todo?
Ir por todo implica ir más allá de los checks and balances, los pesos y contrapesos, típicos del sistema norteamericano. La configuración constitucional de Estados Unidos hace que el Ejecutivo federal sea débil. Trump busca una presidencia donde el Ejecutivo tenga mayor poder de decisión, aún si las decisiones que tome sean inconstitucionales. Además, el gobierno busca romper con la tradición globalista que venía instalada en el establishment norteamericano y también con lo que ahora se denomina cultura woke, que son al fin de cuentas los logros de la política progresista vinculada a la inclusión de distintos actores sociales. Eso plantea una suerte de batalla cultural. El ir por todo es meter al Ejecutivo en discusiones en las que habitualmente el Ejecutivo no se metía. Quizás tengamos que ir a la Guerra Fría para encontrar algo parecido.
El primer Trump se caracterizó por una política más aislacionista de repliegue. Viendo sus declaraciones sobre Panamá, Canadá e incluso Groenlandia, ¿observa un Trump más expansivo, más intervencionista?
Todavía es temprano para que le pongamos etiquetas a las acciones, sí podemos ponderar los discursos. Es un Trump más agresivo, pero con los países que otrora se consideraban amigos, no con los adversarios. No vimos una retórica dura hacia Rusia, China o Irán, sino hacia Canadá, México, la Unión Europea y Panamá. Son países que venían con una relación en mediana sintonía con los Estados Unidos, que tienen acuerdos de libre comercio con EEUU y con los que hay mecanismos institucionales para resolver conflictos.
El Trump 2 es mucho más fuerte, con mucha más experiencia, que va por todo. A diferencia del primer gobierno, tiene muchos más recursos de poder" El Trump 2 es mucho más fuerte, con mucha más experiencia, que va por todo. A diferencia del primer gobierno, tiene muchos más recursos de poder"
¿Ve que deja abierta una puerta para una negociación más dura con los adversarios o que está calibrando fuerzas? ¿Cómo lo analiza?
Creo que con los adversarios está jugando un tablero de largo plazo. Por ejemplo, con China, que es el principal competidor de Estados Unidos. Ya conoce algunos mecanismos, sabe cómo impactan las medidas en la economía y cuánto puede negociar con China. Recordemos que el primer gobierno de Trump empieza con la guerra comercial y después firman el acuerdo de fase uno, que buscó restablecer algunos balances del comercio. También cuando Trump dice que va a buscar un equilibrio con Ucrania está mirando una relación de largo plazo con Rusia. Con los aliados, Trump está buscando un cambio de posiciones, de preferencias y de conductas de corto plazo. La teoría dice que las amenazas y las sanciones económicas son más efectivas cuando los países son aliados, porque el adversario te va a contestar, el conflicto va a escalar y es poco probable que una amenaza cambie su preferencia.
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LA CAPITAL/Celina Mutti Lovera
¿Cuál cree que va a ser el rol de Estados Unidos en dos conflictos clave como el de Rusia-Ucrania y Medio Oriente?
En la guerra Rusia-Ucrania, los esquemas de sanciones y de financiamiento de armas se sostienen porque está Estados Unidos. Ahí hay intereses enquistados en el Estado relacionados con que eso siga, pero también va a buscar una salida del conflicto. El apoyo se va a reducir, pero no va a desaparecer. En el caso de Medio Oriente el escenario es complejo, porque la relación entre Estados Unidos e Israel no ha tenido cambios en la historia a pesar de los cambios de gobierno. Además, hay intereses dentro del establishment norteamericano que incluso permean el gobierno de Trump. Creo que no habrá envío de tropas al exterior, pero sí que Estados Unidos va a seguir sosteniendo su apoyo y va a mantener su posición en las instancias multilaterales como Naciones Unidas.
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¿Cómo analiza el rol de los grandes empresarios tecnológicos, como Elon Musk, Mark Zuckerberg y Jeff Bezos, que tuvieron un gran protagonismo en la asunción de Trump? ¿Ve un potencial foco de conflicto entre Trump y Elon Musk?
Ian Bremmer hablaba hace un tiempo del momento tecnopolar. Estamos entrando en una nueva manera de entender la dinámica política, la representación: las redes sociales, la inteligencia artificial y los nuevos desarrollos de las grandes tecnológicas tienen un peso clave. Trump tiene un interés profundo en moldear los vínculos con estos actores y viceversa. En Europa se discute una legislación sobre la inteligencia artificial que limitan la capacidad de las plataformas y todos estos actores que vimos en la primera fila en la en la asunción tienen un interés en que Trump tenga una políticas más permisivas hacia la autonomía y el poder de las plataformas. Respecto a la relación entre Trump y Musk, no sabemos cómo se va a dar ese duelo de actores, que es potencialmente conflictivo.
Las señales de Donald Trump a América Latina
Una de las primeras medidas de Trump fue indultar a quienes asaltaron el Capitolio en enero de 2021. ¿Qué significa ese mensaje hacia dentro de Estados Unidos pero también hacia fuera?
Es parte del ir por todo, en el sentido de validar y legitimar distintas formas de violencia y la post verdad. Esto genera preocupación, porque rompe los marcos de aquello que garantiza la estabilidad y la paz y alienta entornos más violentos.
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En uno de sus primeros contactos con la prensa, Trump dijo que América Latina necesita a Estados Unidos y no al revés. ¿Qué lugar cree que ocupará la región en su agenda?
Desde los atentados del 11 de septiembre América Latina es poco o nada relevante en la agenda de los Estados Unidos. La vinculación se limita a unos pocos temas: migraciones, narcotráfico y cooperación con el terrorismo. En eso son muy importantes los países vecinos, y el resto no es relevante. Si bien hay actores latinoamericanos en lugares importantes del gobierno, como Marco Rubio, no hace esperable que América Latina tenga más relevancia para el gobierno. Migraciones y narcotráfico son los dos temas que van a estructurar la relación y es poco esperable que haya algo más.
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Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
El futuro de la relación con Argentina
Con la relación con Argentina se habla que habría un beneficio financiero por el lado del FMI, pero un perjuicio económico por la suba de la tasa de interés y de los aranceles, ¿observa ese escenario?
Si Trump implementa todas las políticas que anunció en su campaña, la economía internacional va a tener un periodo recesivo e inflacionario, donde habrá una fuga de capitales hacia los activos seguros. Todo eso va a afectar negativamente a países como Argentina. Además, habrá mayor competencia con otros actores por mercados alternativos y el alejamiento de Trump de las políticas de transición energética también impactan en Argentina. Por ejemplo, una abundancia de oferta de energéticos tradicionales por parte de EEUU bajará los precios en un momento en que Argentina está empezando a exportar gas con precios favorables. Respecto de la posibilidad de que EEUU apoye a Argentina ante el FMI creo que Argentina y el Fondo tienen intereses intrínsecos. Argentina es el principal deudor del Fondo y el Fondo tiene una exposición frente a Argentina, con lo cual no sé hasta qué punto si hubiésemos tenido otro resultado electoral sería menos esperable un acuerdo. En todo caso habrá alguna condición más favorable, pero no compensa los efectos negativos que tiene la economía de Trump para Argentina. Lo que Argentina debería hacer es prepararse para mitigar los posibles efectos negativos de la política de Trump.
Si Trump implementa todas las políticas que anunció en su campaña, la economía internacional va a tener un periodo recesivo e inflacionario, donde habrá una fuga de capitales hacia los activos seguros. Todo eso va a afectar negativamente a países como Argentina" Si Trump implementa todas las políticas que anunció en su campaña, la economía internacional va a tener un periodo recesivo e inflacionario, donde habrá una fuga de capitales hacia los activos seguros. Todo eso va a afectar negativamente a países como Argentina"
En una entrevista de estos días Milei dijo que estaba dispuesto a romper el Mercosur si avanzaba un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, ¿lo ve como un escenario posible?
Lo veo como un escenario muy poco probable. En EEUU el Ejecutivo no tiene potestad para firmar por sí mismo un acuerdo de libre comercio. Debe tener autorización del Congreso y hay un consenso entre demócratas y republicanos de no avanzar en nuevos acuerdos de libre comercio. EEUU lleva más de una década sin nuevos acuerdos de libre comercio, que impliquen una eliminación de aranceles y un comercio sin trabas. Quizás hay un problema de lenguaje entre Milei y Trump: Milei entiende un acuerdo de libre comercio y no es eso de lo que se está hablando. Lo que sí puede firmar el presidente son acuerdos de cooperación, técnicos, en aspectos acotados o sectoriales. En ese caso no rompería el Mercosur. Además, ningún presidente puede por decisión propia salir de los acuerdos de integración con los países latinoamericanos. Según la propia Constitución Nacional requiere una autorización especial del Congreso.
Milei, entre Estados Unidos y China
Desde el primer momento Milei planteó una política de alineamiento muy clara con Estados Unidos, ¿qué similitudes y diferencias ve con las “relaciones carnales” de la década de 1990?
Milei ha dejado las relaciones carnales en un nivel muy superficial. El alineamiento de la política exterior que observamos en el primer año va más allá de los intereses del Estado. Es un alineamiento dogmático e ideológico, que ha implicado para la Argentina gestos que pueden considerarse simbólicos, pero que afectan la reputación del Estado, y que afectan, por ejemplo, otras mesas, como la negociación por Malvinas. Por seguidismo a Estados Unidos la Argentina ha modificado posiciones históricas que han perjudicado la reputación del país en distintos foros, sin que nada que justificara ese cambio de posición, porque ni siquiera desde Washington se le solicitó a la Argentina un cambio de postura. Es un alineamiento que no ha derramado en beneficios al país. La otra diferencia es que cuando Menen plantea las relaciones carnales, Estados Unidos era la potencia en ascenso, en el contexto del fin de la Guerra Fría. Era claramente un momento hegemónico, unipolar. Ese no es el contexto actual, de competencia hegemónica con China y de declive de EEUU. En este sentido, se parece mucho más al Pacto Roca-Runciman.
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LA CAPITAL/Celina Mutti Lovera
¿Ve posible que Argentina pivotee entre Estados Unidos y China?
El contexto de competencia hegemónica brinda a los países de América Latina una posibilidad de beneficios a partir del juego de cobertura y balanceos entre Estados Unidos y China. Hemos visto en varias ocasiones que el doble juego y la competencia de EEUU y China por la región genera beneficios para los países de América Latina, pero no veo a Milei ni con el deseo ni la capacidad de involucrarse en ese juego. Implica un cuidado diplomático, una comunicación clara y cuidada de la política exterior y señales certeras para los inversores locales y extranjeros. No veo que eso esté en las preferencias del gobierno, que ha optado por un alineamiento claro hacia EEUU e intenta contener los costos de ese alineamiento con China.
Por seguidismo a Estados Unidos la Argentina ha modificado posiciones históricas que han perjudicado la reputación del país en distintos foros" Por seguidismo a Estados Unidos la Argentina ha modificado posiciones históricas que han perjudicado la reputación del país en distintos foros"
Milei participó de la asunción de Trump, dio un discurso muy fuerte en Davos y se consolidó como una figura global. ¿En qué lugar ve al presidente en la escena internacional?
Milei es un personaje buscado por lo disruptivo, pero esa visibilidad no se traduce necesariamente en influencia y en una mejor inserción internacional para la Argentina. Muchas veces, en sus redes sociales Milei no se posiciona como presidente y representante de la Argentina, sino como un individuo o como líder de La Libertad Avanza. Eso mismo se refleja en las distintas escenas internacionales: ha tenido muchos viajes a título individual, pero no en misión oficial. Eso nos habla de los matices entre la visibilidad, la influencia del individuo y la visibilidad y la influencia de un país en el sistema internacional.