La etapa de la seguridad subjetiva empezó a marchar fuerte en la comunicación del gobierno provincial. Bajados de un hondazo los niveles de violencia, se pasó a una fase en que la Casa Gris debe usufructuar esos resultados y tratar de que la percepción ciudadana de sentirse seguros empiece a caminar.
Esto se logra en base a “buenas y verdaderas noticias”, según entienden en el gobierno, y el puntapié fue el doble operativo del fin de semana pasado del festival Bandera y el partido de Newell’s en simultáneo también en Parque Independencia.
El pullarismo eligió la palabra “renacer” para definir el momento de Rosario, en un evidente nuevo clima social y de ánimo. “La gente lo estaba esperando”, sacó chapa Pullaro en una de sus entrevistas en distintos medios durante la semana. El intendente Pablo Javkin también habló en esa sintonía por primera vez en mucho tiempo.
Nueva etapa de Maximiliano Pullaro
Sin embargo, el gobernador explicó que para afirmar que definitivamente se está bien en términos de seguridad se necesitan “dos años de estabilidad del delito” en estos índices. “Parece mucho, pero el año pasado fue el año más violento en la ciudad”, dejó picando el gobernador en Radio 2.
Esta nueva etapa de cambio de percepción en la ciudadanía viene acompañada con un método: el contraste con la gestión anterior. Esto rima con lo que plantea el secretario de Análisis y Gestión de la Información del Ministerio de Justicia y Seguridad del gobierno de Santa Fe, Esteban Santantino: “Es bueno recordar cada tanto de dónde venimos para saber dónde estamos”.
Y agregó a este medio: “La comparación con los períodos anteriores a veces es obligada, porque sino pareciera que, al cuestionar gratuitamente a este accionar, lo que se hace hoy no tiene ningún impacto. Recuerden dónde estábamos hace diez meses”.
Según un estudio de Innova opinión pública, en Rosario, el 70 por ciento de los encuestados a principios de octubre dijo que, desde que asumió Pullaro, la situación de la seguridad mejoró y un 17% que empeoró. En julio de este año, era de 57% y 32% respectivamente.
El principal problema para los rosarinos sigue siendo la inseguridad aunque pasó de llevarse el 49% en julio al 36% en octubre. El narcotráfico marcó el mismo camino, 22% y 18% respectivamente. Esto siempre servirá de reserva de capital político para compensar errores o problemas de gestión.
Lo cierto es que el gobierno hizo el trabajo de recalcar pasado vs. presente varias veces esta semana. "Esta es una buena policía, no es la que Omar Perotti trataba de chorra, burra y narco, y desligitimazaba. Obviamente hay agentes malos y hay que ir sobre ellos y que le caiga el peso de la ley", soltó Pullaro contra el exgobernador con quien venía manteniendo buena sintonía. Parece un centro a la fuerza policial con la cual hay un esfuerzo constante para mantener el vínculo estable. "Todas las semanas hay algún acto de la policía", sueltan. Más vale tenerla de lado propio a la chapa.
Presupuesto y cárceles
El gobierno aprovechó la presentación del Presupuesto 2025 para resaltar lo destinado en seguridad. “La inversión en gasto de capital en seguridad va a crecer 433% respecto a 2024”, detalló el ministro de Economía, Pablo Olivares.
El fuerte es la Unidad Ejecutora de Proyectos Especiales con un presupuesto de $207.253 millones: nuevas unidades penales de alto y bajo perfil en Piñero, la Unidad Penal Nº 12 en Rosario, N.º 5 y estaciones policiales. “El Plan tiene previsto construir 4.000 plazas en cuatro años, el equivalente a lo creado en los últimos 40 años”, dijo Olivares a La Capital.
Unos de los datos numéricos es que se va a incrementar un 500% el presupuesto ($12.000 millones totales) a la Agencia de Prevención del Consumo de Drogas y Tratamiento integral de las Adicciones (Aprecod), hoy en manos del diputado Walter Ghione pastor evangelista de estrecho lazo con Pullaro. “Ganamos una batalla espiritual en Rosario”, dijo en la semana para destacar al evangelismo.
La parrillada de buenas noticias de seguridad se completó con la presentación de los resultados de la Intervención Barrial Focalizada en los barrios Stella Maris y La Bombacha de Rosario, donde se redujo en más del 80% los índices de violencia.
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Gurruchaga
La defensa al accionar policial del gobernador se dio en la semana en que se generó cierta polémica con el pedido de averiguación de antecedentes a un menor de edad, alumno de la Gurruchaga. El chico de 13 años se alarmó y avisó a su madre. La situación fue presentada como amedrentamiento policial y como que el procedimiento asusta a los alumnos.
“Miedo sentimos los rosarinos en 2022 y 2023 que fueron los dos años más violentos de la ciudad, con un homicidio cada 30 horas. Miedo sintieron antes los alumnos de la Gurruchaga que tuvieron que hacer un abrazo simbólico por los robos que sufrían y la falta de respuestas que tenían en los distintos niveles del Estado”, dijo en LT8 Santantino.
Hubo una corrección oficial y es claro que deberán afinar protocolos y maneras para que no se llegue a excesos. Hay una parte de la sociedad que aún está digiriendo algunos modos y procedimientos. Hay otra, la mayoría, que está dispuesta al método Pullaro porque la inseguridad le generó un estado de conmoción al que no quiere volver. La situación indica una cosa: hay un cambio de orden en el abordaje de seguridad, más duro y, hasta ahora, más efectivo.
El gobierno está convencido que si se deja de hacer lo que se está haciendo ahora, se corre el riesgo de volver a los índices de antes. Así el gobierno está decidido a dar la disputa en los números y resultados, y no en las formas, algo que tiene siempre límites finos. Algo similar a lo que sucede a nivel nacional con Javier Milei.