A su vez, cargó contra Amalia Granata, con quien La Libertad Avanza comparte electorado: “Quedó en claro quién representaba las ideas de Javier Milei”. Hombre de fe ortodoxo, Mayoraz resalta la unidad que generó en la dirigencia política la muerte de Francisco y considera que, con su papado, “las ideas de la Iglesia no cambiaron, solo las formas”.
Una evaluación muy positiva. Nos deja muy conformes por ser la primera presentación provincial de La Libertad Avanza en un territorio muy vasto como Santa Fe y con candidatos que el 90 por ciento no tiene ninguna experiencia política. Obviamente, queríamos más y siempre hay alguna evaluación donde uno puede ser autoexigente y plantea lo que se podría haber mejorado.
¿En qué en qué se pudo mejorar? ¿En el armado, en la estrategia, en el territorio?
Sí, por ahí todo siempre se puede mejorar. En el armado territorial o en la mayor participación. No hubo mucho tiempo para armar listas porque el partido estaba recién reconocido. Hay localidades donde la gente a veces no se anima a participar y solamente acompaña, no quiere ser candidato. La Libertad Avanza tiene todo para empezar y pisar fuerte en Santa Fe.
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Nicolás Mayoraz, diputado nacional de La Libertad Avanza.
Foto: Virginia Benedetto / La Capital.
¿En dónde esperaba mejores resultados y en dónde quedaron conformes?
En la ciudad de Santa Fe se podría haber mejorado bastante la performance. Teníamos una muy buena candidata, Ana Cantiani, y si bien le fue muy bien, era un lugar donde teníamos que sacar más votos. Imponerse en Rosario con Juan Pedro Aleart tiene un sentido simbólico muy importante, ganar la ciudad y el departamento más grande de la provincia.
Aleart hasta ahora marcó un gran conocimiento. ¿Qué requiere para convertirse en dirigente?
Esta fue una a Paso sin internas para Juan Pedro, pero ahora viene la elección general, donde ya marcó el piso que tiene y lo que tenemos que buscar es mostrar que realmente somos la alternativa a un modelo agotado, como el oficialismo de la ciudad, y frente a Juan Monteverde y el kirchnerismo.
¿Cuándo pretendía que se realice la Convención Constituyente?
El año próximo, en febrero, para que la gente entienda de qué se trata, conozca, se involucre y se le de legitimidad. De alguna manera buscamos darle lo que no tuvo. Tuvimos una sanción de la ley de necesidad de reforma que arrancó mal, sacada de apuro, aprovechando la mayoría que tenía el gobernador en las dos cámaras, sin ningún tipo de consenso ni diálogo. Luego no hubo explicación frente a la sociedad de qué se trataba la reforma y la gente fue a votar sin saber. Y eso también demostró el presentismo más bajo de la historia de Santa Fe.
El oficialismo decidió hacerla a mediados de año.
Es más de lo mismo y es agravar un problema que el gobierno provincial no asume como responsable. Queremos en 2026, no a los apurones.
¿Se especula con un buen resultado de La Libertad Avanza en las elecciones nacionales para tener otro envión en la convencional?
Sabemos que la legitimidad la tenemos y que en la elección nacional se va a expresar con mayor claridad el apoyo al presidente Milei, pero no especulamos con eso porque la cantidad de convencionales será la misma por más que ganemos en octubre. Veo que Maximiliano Pullaro ya tiene tiene el número para sacar la Constitución que quiere, cuando quiere y como quiere.
¿Cree que se puede ir a un escenario de tercios con Unidos, el peronismo y La Libertad Avanza, o de cuartos con la inclusión de Granata?
Esta elección sirvió para dirimir o zanjar una discusión de quién representaba las ideas de Milei. Había una candidata que decía que la representaba, pero en realidad no lo hacía ni tenía ninguna cercanía a La Libertad Avanza. Quedó claro quién conduce ese espectro. Creo que se va a ir afianzando con el tiempo ese escenario de tercios.
¿Y dentro de La Libertad Avanza quedó en claro quién conduce?
La primera conductora de La Libertad Avanza es Karina Milei. En Santa Fe la presidenta es Romina Diez y yo soy parte del armado político, parte de un equipo. Lo que tenemos para mostrar no es un proyecto personal sino ideas.
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Nicolás Mayoraz, el elegido por Karina y Javier Milei para la Constituyente.
Foto: Archivo / La Capital.
¿Cómo analiza que la muerte de Francisco conmovió horizontalmente a la sociedad y a la política?
Realizamos una sesión en Diputados en homenaje y creo que fue el primer milagro de Francisco: que no haya peleas, discusiones ni ataques entre distintos espacios políticos. Eso marcó que, cuando la clase política quiere madurez, la tiene.
Tengo entendido que es un hombre de fe ortodoxo. ¿Tenía una línea distinta a la que predicaba Francisco?
No creo en las líneas dentro de la Iglesia. Los que escriben tratan de hablar del progresismo, la ortodoxia, el tradicionalismo, etc. Para mí, el mensaje evangélico es uno solo. A modo de ejemplo, Benedicto XVI y el cardenal Jorge Bergoglio tenían una buena relación. Cuando se dice que Francisco rompió los moldes fue en la formas, en lo que es el fondo, la Iglesia sigue.
¿Por qué lo dice?
Con Francisco se mantuvo todo: la condena al aborto, al lobby LGTBI, no le dio el sacerdocio a las mujeres, mantuvo la doctrina de la iglesia de hace 2000 años. Cada uno resalta la parte que más lo siente cercano, lo cual me parece totalmente lícito.
Entonces, ¿considera que es exagerado calificar a Francisco como un Papa revolucionario?
Sí. Es que, para mí, todos los Papas son revolucionarios. Benedicto XVI y Juan Pablo II lo fueron cuando se plantaron frente a los poderes del mundo. En eso la Iglesia sigue siendo revolucionaria.
A simple vista parece haber diferencias marcadas entre los papados que menciona con Francisco.
Lo que pueden cambiar son los estilos. Benedicto era un alemán con un estilo completamente distinto al de Francisco, que te preguntaba por el fútbol. Juan Pablo II, en sus palabras, le decía a la juventud que no tenga miedo. Francisco , que hagan lío. Pero, en el fondo, es lo mismo. El día que la Iglesia deje de ser rebelde o disruptiva, dejará de ser Iglesia.