El gobernador Maximiliano Pullaro delega en la Legislatura la reforma constitucional, pero empezó a delinear la narrativa oficial para encarar la eventual remodelación de la Carta Magna santafesina. "Instrumentos para no volver atrás", sería la consigna.
“No estoy encima del tema pero es importante. Este debate lo tienen que conducir los partidos políticos”, sostiene el jefe de la Casa Gris.
Pullaro y su equipo buscan mostrarse cien por ciento enfocados en la gestión: obra pública, educación, producción y seguridad. Más que nunca, después del asesinato de Andrés Pillín Bracamonte.
En ese marco, hay poco margen para que el Ejecutivo se ponga en abanderado de la reforma, que transita por el andarivel legislativo.
Hasta el momento, se encuentran en la Cámara de Diputados cuatro proyectos con estado parlamentario que plantean la necesidad de la reforma constitucional.
Tres son de Unidos: uno, de los radicales Martín Rosúa, Ximena García y Dionisio Scarpin, otro de Walter Ghione (UNO) y otro de Ximena Sola (PRO). El cuarto es de la peronista Lucila De Ponti (Santa Fe Sin Miedo). A esos se suman las iniciativas que elaboraron la UCR, el Partido Socialista y el bloque referenciado en el exgobernador Omar Perotti, pero que no fueron presentados.
La mesa chica de Unidos quiere consensuar un proyecto de la coalición para luego ir en busca de los seis votos que faltan para llegar a los dos tercios en la Cámara baja.
Aunque en el oficialismo observan señales favorables de la bancada del antecesor de Pullaro, el acuerdo se demora. En Unidos creen que el proyecto para ampliar la Corte Suprema y modernizar la Justicia, que tendrá media sanción este jueves, será un termómetro del clima reformista.
La arquitectura contrarreloj de la reforma constitucional
Los tiempos se acortan. El 30 de noviembre cae el telón del período de sesiones ordinarias.
Desde el 1 de diciembre hasta el lejano 30 de abril sólo pueden tratarse los proyectos habilitados por el Poder Ejecutivo. Es decir, que obligaría al gobernador a comprometerse con el tema.
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En estas dos semanas los armadores de Unidos y de la oposición deberían abrochar un acuerdo que involucra cuestiones delicadas. Desde los artículos que entrarían en el campo quirúrgico de los constituyentes hasta cómo se elegirán los convencionales. Con Paso o sin paso, a distrito único o con un mix que incluya representación territorial.
Las prioridades de Pullaro
Por lo pronto, Pullaro busca volar por encima del tema. Sobre todo, de los debates que lo involucran personalmente, como la posibilidad de ir por su reelección.
“La Constitución tiene debates muy profundos para detenernos en eso”, planteó.
“Si hubiera una reforma, mi posición como gobernador es que tenemos que materializar en la Constitución instrumentos para no volver atrás. En seguridad, educación y producción. Deberíamos trabajar para tener un Estado más pequeño, más ágil, más eficiente”, dijo Pullaro en el programa Mesa Testigo (Somos Rosario, Express Fan y TV Regional).
El gobernador entiende que sería una buena oportunidad para blindar las transformaciones que encaró la nueva gestión desde diciembre.
“La Constitución es un corset que se ponen las sociedades cuerdas para cuando dejan de estarlo”, consideró.
En la mesa chica del gobernador creen que el “para qué” de la reforma es decisivo a la hora de construir legitimidad hacia la sociedad.
En el radicalismo se libra una puja entre ambiciosos y minimalistas. Unos sostienen que si la reforma es limitada hay más chances de que la sociedad decodifique el proceso como una reforma de la política para la política. Otros advierten que mientras más temas se sumen al debate, mayores las chances de que el trámite descarrile.
Escenario complejo
El debate no se da en el vacío, sino en un contexto donde Milei llega fortalecido a su primer año de mandato, los libertarios quieren posicionar a la diputada nacional Romina Diez y nadie en Unidos quiere una constituyente copada por fuerzas que, entienden, expresan a la antipolítica.
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En el caso de Pullaro la cautela puede estar vinculada, también, a un cálculo personal. Una victoria en la constituyente significaría un espaldarazo de la sociedad, pero un resultado magro de Unidos representaría una derrota prematura para un liderazgo y una alianza que pretenden sentar las bases de un ciclo político largo en la provincia.