Sin acuerdo entre Unidos y un sector de la oposición para llegar a los dos tercios en la Cámara de Diputados antes de este viernes, la reforma constitucional en Santa Fe se tratará la semana próxima, ya en período de sesiones extraordinarias.
El gobernador Maximiliano Pullaro habilitará el tema para el período de extraordinarias. Con cinco votos clave, el perottismo presentó su propio proyecto
Por Mariano D'Arrigo
Sin acuerdo entre Unidos y un sector de la oposición para llegar a los dos tercios en la Cámara de Diputados antes de este viernes, la reforma constitucional en Santa Fe se tratará la semana próxima, ya en período de sesiones extraordinarias.
Este jueves, en la reunión de Labor Parlamentaria, los presidentes de los bloques de la Cámara baja acordaron darle preferencia al tema para las próximas dos sesiones.
Además, el bloque de Omar Perotti ingresó en el inicio de la sesión su propio proyecto, el noveno con estado parlamentario. Y, de inmediato, la Cámara baja le otorgó preferencia de tratamiento a la reforma constitucional, certificando su aval a la inclusión de la iniciativa al temario a enviar por el Ejecutivo a extraordinarias.
En principio, no era el escenario preferido para el gobernador Maximiliano Pullaro. El mandatario santafesino trató que el tema se resolviera en el período de sesiones ordinarias, que vence este sábado.
De todos modos, en la Casa Gris veían que el escenario era complejo. En ese sentido, barajaban la llegada de un pedido formal de la alianza oficialista y los espacios decididos a avanzar con la reforma constitucional para que Pullaro habilitara el tema en extraordinarias.
“El gobernador no hará nada solo, será en el marco de una conversación y un acuerdo más amplio. No estamos pensando en llegar al número mágico. Un tema tan importante merece los mayores acuerdos posibles, aunque implique más tiempo”, dijeron temprano en la Casa Gris.
Desde el primer momento, el gobierno no quiso involucrarse directamente en un tema que pretendió encapsular al ámbito legislativo. Tanto para no mostrarse ocupado de un tópico alejado de la vida cotidiana de la gente y que moviliza sobre todo a la política, como para evitar una prematura derrota política si no se llegaba al piso de votos.
Sin embargo, los tiempos se dilataron. A las dificultades de la alianza oficialista y otras siete fuerzas para unificar un solo proyecto se sumó la propia fragmentación del peronismo.
El lunes pasado, en la reunión de mesa chica ampliada del justicialismo se impuso la línea dura, que condicionó el último tramo de la negociación.
El documento del PJ de Santa Fe, que lleva la firma de representantes de todas las tribus, acusó a Pullaro y sus aliados de encarar una “avanzada autoritaria” y de “perpetuación en el poder”. Y planteó que la propuesta de reforma es “apresurada” e “inoportuna”, aunque dejó abierta la puerta al diálogo.
Este miércoles, el presidente del PJ, Guillermo Cornaglia, más el senador Armando Traferri y la diputada Lucila De Ponti, se reunieron con los presidentes de los tres principales partidos de Unidos: Felipe Michlig (UCR), Joaquín Blanco (PS) y Gisela Scaglia (PRO).
Sin embargo, no hubo avances. Eso se constató en la reunión extraordinaria de la comisión de Asuntos Constitucionales, presidida por el socialista Pablo Farías.
De todos modos, en Unidos se mostraron optimistas. “Estamos consolidando un número, un texto y una estrategia”, dijo un dirigente del oficialismo, instalado en la cocina de la negociación.
Con el número garantizado en el Senado, en Diputados el oficialismo debe llegar a un piso de 34 votos para lograr los tercios. Cuenta con 28 propios y suma a Claudia Balagué y Fabián Palo Oliver, del Frente Amplio por la Soberanía (FAS), y al peronista disidente Juanjo Piedrabuena.
También creen que pueden incorporar a la coalición pro reforma a Omar Paredes, pese a que el exconcejal rosarino integra el bloque de Amalia Granata, abanderada del rechazo total a la reforma. “Paredes siempre fue reformista”, advirtió alguien que lo conoce de sus tiempos en la UCR.
En ese caso, Unidos sólo necesitaría dos votos más. La decisión del bloque de Perotti de presentar su propia iniciativa parece destrabar el trámite y abre la puerta a que se sumen otros espacios.
"Si el tema va a extraordinarias, el resto del peronismo se queda sin excusa", indicaron en la Casa Gris.
Por lo pronto, en Unidos piensan que una llave para darle más volumen político al acuerdo es que la ley de declaración de necesidad de la reforma sea un texto más abierto.
Eso implicaría habilitar el debate no por artículos sino por capítulos. El artículo 115 de la Constitución de Santa Fe deja abierta esa posibilidad. Plantea que, “en los casos de reforma parcial, la Convención no puede pronunciarse sino sobre los artículos o la materia designados por la ley”.
Sería un incentivo para que los bloques más críticos acompañen la primera parte del proceso y que después se defina el contenido de cada modificación en la propia Convención Constituyente.
En cualquier caso, en Unidos no ven muchas chances de que Pullaro convoque al resto de las fuerzas políticas a una escenificación de diálogo político. “Maxi se va a mantener en su agenda de gobierno y el día a día”, deslizaron en un despacho de la Casa Gris.
La agenda parlamentaria antes del cierre del período ordinario incluyó, en Diputados, la preferencia de tratamiento del presupuesto provincial 2025, mientras que en el Senado ocurrió lo propio con la ley tributaria.
Sin embargo, hay acuerdo para que ambas iniciativas queden para la discusión en extraordinarias.