No hay tiempo para relajarse. Después de que Unidos para Cambiar Santa Fe consiguió los votos para aprobar la ley de necesidad de la reforma constitucional, la alianza liderada por Maximiliano Pullaro empieza a trazar una hoja de ruta que tiene como próxima estación a febrero, el mes en que se definirán las candidaturas.
En las ocho semanas que quedan hasta el 7 de febrero la alianza entre la UCR, el Partido Socialista (PS), el PRO, Creo, UNO, PDP, GEN, Encuentro Republicano Federal, la Ucedé y Unir debe armar listas en varios niveles.
Puertas adentro de Unidos observan para lo que queda diciembre y enero un proceso de negociación política para el bordado de la lista de constituyentes -que se elegirán sin primarias- y, en paralelo, discusiones locales para las listas de concejales, presidentes comunales e intendentes (sólo en 19 ciudades), que estarán monitoreadas por una mesa provincial.
“La idea es que la lista constituyente exprese la representatividad de cada fuerza y la multiculturalidad de Unidos. Habrá un equilibrio entre gestión, Legislatura y figuras de los partidos”, considera uno de los principales dirigentes del espacio que nuclea a casi todo el no peronismo.
En la Casa Gris no avizoran, ni desean, que se vacíe la primera línea del gabinete, pero quieren representantes del Ejecutivo en una convención que moldeará las próximas décadas de la institucionalidad santafesina.
“No hay nada más importante que la reforma, no es que vas a perder el tiempo dos meses. La Legislatura te da formación y gimnasia en muchas discusiones, pero también tiene que participar gente que lidia a diario con cómo se materializan las decisiones legislativas. Tiene que haber personas con acción ejecutiva”, dicen en el entorno de Pullaro, quien este martes reunirá en Santa Fe a sus ministros y a legisladores de Unidos.
Acuerdos y negociaciones
La arquitectura electoral deberá contener de algún modo las expectativas del gobierno y los principales partidos de la alianza. En ese marco, el radicalismo podría quedar sobrerrepresentado respecto de otros integrantes del espacio. El socialismo tiene 14 de las 28 bancas de Diputados y no querrá quedar relegado en la distribución de lugares.
La UCR conduce la mayor cantidad de ministerios y agrupa a once de los trece senadores. Como referentes territoriales, ellos serán, seguramente, los que compitan por la representación de su departamento en la Convención Reformadora.
La situación se complejiza porque en Unidos ven difícil -al menos, no lo anotan como el escenario más probable- que logren una mayoría propia en la constituyente.
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“Nada está ganado de antemano. Será una elección muy jodida, con lógica de legislativa, en la que competís con otras fuerzas y te bajan el porcentaje. El objetivo es ser muy competitivos, hay que poner toda la carne en el asador”, plantean en el PS.
Con realismo extremo, la meta del oficialismo es salir de las elecciones y entrar a la Convención como primera minoría. “Eso te da la legitimidad política para ser la locomotora del proceso”, sostienen.
El factor Pullaro
Por eso, en el oficialismo es vox populi que Pullaro encabezará la boleta de constituyentes, que se elegirán el 13 de abril. Lo reconoció este martes, primero, el ministro de Gobierno, Fabián Bastia.
“Es una posibilidad cierta que el gobernador sea convencional porque es el máximo exponente de Unidos. No hay ninguna posibilidad de que esté impedido”, sostuvo Bastia en El Primero de la Mañana, en LT8.
Horas después, el propio Pullaro alimentó esa chance. "Voy a participar en el debate. Puede ser o no, no lo descartamos”, se limitó a indicar en declaraciones a El Tres.
En la cocina del gobierno reconocen que “es una posibilidad muy concreta”, pero aseguran que será una decisión de toda la alianza. “El secreto de Unidos es que. a pesar de tener un gobernador con muchos votos. la mayoría de las decisiones fueron tomadas en Unidos”, dice uno de los colaboradores más cercanos a Pullaro.
De todos modos, en la coalición de gobierno saben que no hay ninguna figura con la tracción electoral de Pullaro y capaz de sintetizar y alinear detrás suyo a todos los socios.
También tienen claro que, a menos de dos meses del cierre de listas, no hay tiempo para globos de ensayo. “Hay que ponerse a laburar hipótesis concretas”, plantea un armador senior.
Clima de época
En simultáneo a las conversaciones que ya están en marcha, los espacios políticos empiezan a medir escenarios y potenciales candidatos. El humor social, olfatean, es favorable a la reforma.
“Es la primera vez que me pasa que personas que no conozco me felicitan por la calle”, reconoce una de las principales espadas de Unidos en la Legislatura.
En el laboratorio del gobernador tienen medido que más del 60 por ciento de la población cree que la reforma era necesaria. Una tendencia que enmarcan en un acompañamiento más amplio a la idea de cambio.
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De todos modos, admiten que la mayoría no tiene claro qué se votó el viernes pasado en la Legislatura. “Por ahora el tema solamente lo transitó el círculo rojo”, reconocen en el oficialismo, que tendrá que convencer a una porción significativa del electorado de que la reforma viene a consolidar los logros de la gestión y no es una reforma de la casta, como intentará instalar el espectro panlibertario, a tono con el clima de época.