Cuando estaba por arrancar la cumbia en la fiesta del empresario gastronómico y de eventos Carlos Fertonani en la capital provincial, para celebrar los 30 años del Grupo Triferto, la primera plana del oficialismo seguía hablando de la reforma judicial y de la Corte Suprema, que horas antes había conseguido aprobar en la Legislatura. “Estaban exultantes algunos ministros del gobierno”, contó alguien que pasó a tomar una cerveza y saludar. “Liso se dice”, corrigió y dejó ver su santafesinismo en sangre.
Lo que logró el oficialismo ampliando a siete miembros el máximo tribunal es invertir -a partir del año próximo- la mayoría del funcionamiento: los nuevos ministros (tres ingresantes y Daniel Erbetta, quien no sobrepasa la edad límite) serán la nueva mayoría y el resto, que resisten los cambios, la minoría.
Así, el oficialismo pudo salir por arriba del laberinto que significó el choque directo por la renovación con los cortesanos. No funcionó presionar ni buscar consenso, y entonces elaboró una ley que fije el límite de edad. En una lectura política general, puede analizarse como una victoria en su batalla contra la Corte Suprema de Santa Fe, aunque en el Poder Judicial no acusan recibo de derrota.
La reforma judicial aflojó
“Lo que se hizo fue ajustar legalmente el mecanismo de la provincia al constitucional nacional. No hace ruido, para nada”, aclaró una fuente con roce directo en la Corte Suprema. Más que tensionar, la reforma aflojó lo establecido.
“Por suerte hubo razonabilidad y sacaron lo más preocupante”, agregó. Se refiere al artículo del proyecto original que presentó el Partido Socialista (PS), por el cual se proponía al Ejecutivo el nombramiento de personal de gabinete para cumplir tareas específicas de asistencia a cada ministro.
La reforma judicial terminó siendo la carta del oficialismo para encaminar la renovación estructural, que aún no se sabe cómo y con quiénes terminará, pero sí que significa un mojón claro en la novela político-judicial. "Se inicia una nueva etapa en la Justicia santafesina", fue más allá el ministro de Gobierno, Fabián Bastia.
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La reforma judicial encaminó el conflicto con la Corte Suprema de Santa Fe.
Foto: Archivo / La Capital.
Lo que viene con la Corte Suprema
El siguiente paso, ahora que el mapa cortesano cambió en su composición orgánica, es reemplazar las vacantes que dejarán Mario Netri y María Angélica Gastaldi y cubrir la séptima silla recientemente creada. El resto se irá viendo. Ya no apurarán la salida porque van a actuar "sin apuro y de modo prolijo”, según recogió La Capital.
Hay un mensaje de tocar el freno en el triunfo, no acelerar los nuevos cambios. De hecho, hasta algunos en el gobierno bromeaban que lo más perjudicial que podría hacer el presidente de la Corte Suprema, Rafael Gutiérrez, es irse de golpe, no quedarse, dando a entender el complejo funcionamiento y experiencia del magistrado.
Ahora bien, ese tono no era el jacobino que transitó la tarde-noche del jueves pasado y generó alguna preocupación en la cúpula judicial. Corrió el rumor de que, con el camino allanado de la ampliación del tribunal, el gobernador podría firmar decretos de cese del cargo de algunos ministros y acelerar a fondo la renovación.
Si se actuara en ese sentido de inmediato podría leerse como una medida de implicancia político-institucional, dentro de la ley, claro, pero que habilitaría la imagen “hegemonista” que le achacaron los legisladores en el recinto. Ahí radica la clave de lo que están haciendo: avisan que tienen esa herramienta a mano, pero esperan cambios voluntarios sin forzar.
Discursivamente, Pullaro no cede. El gobernador insistió en que la Corte Suprema entera debería cambiar porque “no puede lograr una Justicia moderna” con esa composición. El presidente del máximo tribunal, Gutiérrez, mostró un tono de distensión aunque dejó una resistencia puesta en el camino. "Espero que la reforma sea para bien. Estoy pensando en la decisión. Me debo a mi gente del Poder Judicial".
El Sindicato de Empleados Judiciales de Santa Fe tomó muy en serio esta frase y, en el festejo del Día del Trabajador Judicial, le entregó al jefe del Poder Judicial una placa "en homenaje a la labor como ministro de la Corte Suprema en defensa de la división de Poderes, de la Constitución, de los derechos de los trabajadores y de la ciudadanía en general".
Los conflictos
Lo cierto es que con la reforma el gobierno separó los problemas netamente de la Corte Suprema de otros conflictos que tiene con el Poder Judicial, por ejemplo, el reclamo de trabajadores del sector por titularizaciones de ascensos e ingresos, que tuvieron un nuevo paro de actividades, o concursos y vacantes de magistrados.
En la semana, el Colegio de Magistrados se manifestó contra las “constantes presiones de parte del poder político en la provincia”. En una conferencia de prensa a la que asistieron representantes de los fiscales a nivel nacional plantearon que pone en riesgo la independencia judicial, en un contexto que calificaron de “hostigamiento y descrédito”. Reclamos que van por otro andarivel que la renovación cortesana, por más que haya un hilo conductor.
El poroteo indica que cuando se vayan Gastaldi y Netri quedarán cuatro hombres de siete bancas, por lo que esos tres cargos a cubrir deberían ser mujeres ya que se estableció en la ley “procurar” el cumplimiento del principio de paridad de género.
“¿Dará el marco político y jurista para elegir tres mujeres juntas? ¿Lo van a respetar de entrada o, al final, dirán que la paridad sea progresiva con los años?”, desafió una fuente judicial.
Cuando subió Mario Pereyra al escenario, los dirigentes políticos ya no hablaron más de la reforma y hasta se movieron al ritmo de El Embrujo, que interpretó el cantante santafesino.