El gobernador Maximiliano Pullaro está decidido a armar su modelo de Estado santafesino. Eso explica las reformas de todo tipo (previsional, Justicia, penitenciarias y constitucional), la intensidad de la gestión y la avidez política en las disputas con otros Poderes que, a veces, muerde la banquina.
En esa construcción encontró en el cordobesismo un espejo a imitar. “Cuando miramos provincias vecinas que tuvieron la oportunidad de contar con un desarrollo productivo e infraestructura diferente, tenemos que ver cómo se llevan adelante las políticas públicas: fue con el orden y la eficiencia del Estado”, sostuvo días atrás el gobernador.
El cordobecismo, como modelo autónomo y dinámico de desarrollo productivo, tuvo estabilidad a contramano de la economía nacional. “No queremos vivir de planes, de programas, que nos administren los barones ni punteros. Somos la producción”, son palabras que pudo haberlas dicho tranquilamente el exgobernador mediterráneo Juan Schiaretti, uno de los estandartes del modelo político-económico que está vigente hace 25 años (el 3 de octubre próximo asistirá a la Universidad Católica, en la ciudad de Santa Fe, y tiene agendado un encuentro con Pullaro).
En el fondo, Pullaro quiere gestar una alternativa de modelo de poder distinto al centralismo, al Estado central que es un juguete roto. Por eso define hasta cansar a Santa Fe como “la Invencible”, como el motor que hará arrancar a la Argentina, por eso recuerda la dureza de Estanislao López en cada acto y que “el interior tiene que construir poder”. Habla de la Región Centro, que nunca logró expandirse nacionalmente.
Keynes en Santa Fe
La semana pasada fue clave para posicionarse en la arena nacional. El gobierno de Santa Fe marcó un límite al salir a cuestionar el pedido del presidente Javier Milei para que sigan ajustando. La respuesta fue simple: si no me das un mango, dejá que me manejo como quiero, no me pidas nada. Obligar al otro a ajustar no es ser muy liberal.
El ministro de Economía, Luis Caputo, en la Bolsa de Comercio de Rosario, resaltó como logro de la Nación con las provincias que “se elevó el nivel de discusión”, al referirse al eventual traspaso de rutas de jurisdicción nacional para que Santa Fe se haga cargo de su mantenimiento. Así cualquiera.
pullaro.jpg
El gobernador durante la reciente entrega de microcréditos.
Foto: Gobierno de Santa Fe.
"Ya no tienen que ir a mendigar plata a la Nación, ahora son independientes", dijo en lo que suena a emancipación forzada. Así cualquiera, de nuevo.
En ese sentido, el gobierno santafesino se empezó a despegar aún más de Milei. “En momentos de crisis y dificultad económica hay que aplicar políticas contracíclicas, el Estado debe invertir mucho más”, dijo un Pullaro keynesiano al presentar un programa de microcréditos para emprendedores en situación de vulnerabilidad social.
Leer más: El reajuste del ajuste de Maximiliano Pullaro
De ese modo, el gobierno trata de aportar a los que no pueden, no solo otorgando beneficios para que crezca el sector privado productivo más holgado como hasta ahora. El ministro de Gobierno, Fabián Bastía, profundizó la idea: “Esto es para sectores que menos chances tienen de acceder al crédito y están hasta abandonados. A ese enorme esfuerzo e ideas le falta ayuda de alguien que los apalanquen. Acá está el Estado para hacerlo”.
Del topo a la motosierra
Mientras el presidente dice “soy el topo que destruye el Estado desde adentro”, Pullaro sugiere “Estado presente”. Claro que le cuela la palabra “Estado eficiente” como para compensar y diferenciarse del populismo derrochador. Todo en su justa medida.
Como para comenzar a promocionar el modelo de Estado que pretenden, el ministro de Economía, Pablo Olivares, no se anduvo con vueltas en el mismo acto: “Esta forma de apuntalar, de activar ciudadanos autónomos, surge por una diferencia de decir que vivimos con lo nuestro, pero también no coincidimos en entrar al Estado con motosierra”.
“Estas cosas con motosierra no se hacen. No se concibe entrar a una escuela, a un hospital, a una ruta o a una comisaría con motosierra. A veces tiene un componente autoritario: con el ruido acalla las voces de quienes advierten cosas y, de ese modo, arremete con autoritarismo. La forma es dar el debate, tomar una decisión y ponerla ante la sociedad”, dijo Olivares en alusión a la discusión del ajuste de inicios de semana.
Horas después, por si no había quedado en claro, insistió en la presentación de la ejecución de 250 aulas. “De esa manera apostar a que el chico entienda que el futuro pasa por un libro, un bien cultural y no por andar queriendo solucionar las cosas con una motosierra”. Quizás el bisturí podría ser la herramienta elegida por el gobernador.