Con dos puestas en escena de inicio de proyectos viales, el gobierno local se muestra activo frente a la Casa Rosada, que está paralizada en ese sentido
Por Facundo Borrego
Foto: Gobierno Santa Fe.
Pullaro en la firma de inicio de obra de avenida Ayacucho.
“Sacamos las máquinas a la calle, mirenlas”, dijo el gobernador Maximiliano Pullaro señalando excavadoras, aplanadoras y distinta maquinaria vial elegida para la puesta en escena de la firma del acta de la construcción del tercer carril de la Autopista Rosario-Santa Fe. Hubo un mensaje codificado del radical para diferenciarse del presidente Javier Milei.
Horas después todo el equipo se trasladó desde la autopista mencionada hasta la zona sur de Rosario para firmar el acta de inicio de otra obra, en este caso, de remodelación de avenida Ayacucho por unos $15.500 millones. Máquinas de fondo, de nuevo.
Dos actos en exteriores y un concepto: obras en acción como contraste al modelo del gobierno nacional, que le escapa a los recursos destinados a gastos de capital. Lo temporal no es menor. Los actos se hicieron en verano cuando toda la agenda política está quieta, y en el inicio de un año que será electoral con las legislativas y las convencionales constituyentes. Inicio de la campaña a la vista.
“Tengo ganas de hacer un video selfie para mostrar las rutas y decir ‘esta no es mía y la pedí para arreglarla’. Porque el miedo es que los vecinos me reclamen esas rutas que pedimos para arreglar. Nosotros reparamos las rutas de Santa Fe: bacheamos, pavimentamos, hacemos puentes y rotondas, para mejorar la seguridad vial”, contó el gobernador.
Los trabajos demandan una inversión a la provincia que supera los $41 mil millones. “Con estos trabajos, el Gobierno de Santa Fe avanza en la mejora y puesta en valor de la infraestructura vial, y garantiza la accesibilidad, conectividad y seguridad de los más de 38 mil santafesinos y santafesinas que circulan por la autopista diariamente”.
En el gobierno explicaron a La Capital que se busca mostrar “compromiso con la producción y calidad de vida”, lejos del cuidado del equilibrio fiscal sin beneficios palpables que propone Nación.
Pullaro recordó que comenzó su gestión con un “recorte muy importante del gobierno nacional que afectó en cuatro masas salariales”, y que “sin embargo” terminaron con un "pequeño superávit fiscal". “Este año arrancamos con mucha expectativa, tenemos entre 1.500 y 1.600 millones de dólares para invertir en obra pública”, destacó el mandatario.
En rigor, se mostró lo colectivo y productivo para contraponerse al esquema nacional. Esa idea puede reinar no solo para estas elecciones sino para cuando se vuelva a definir el modelo de país.
Hasta la herramienta financiera con que se solventará la obra se desmarca del liberalismo mileísta. Se utilizó el mercado de capitales local como intermediario para canalizar el ahorro e inversión hacia fines que no son especulativos.
El distanciamiento de los oradores con la administración de Milei también tuvo su episodio en un tema caliente por estos días para el presidente y en el que el gobierno provincial viene metiendo el dedo en la llaga. Se trata de la situación asfixiante de los productores rurales ahogados con precios bajos de la soja y, sobre todo, por las retenciones.
“Argentina no va más con el esquema de retenciones que tiene”, dijo el gobernador sin vueltas y apuntó: “El campo no puede seguir subsidiando al conurbano bonaerense, a ese sector improductivo de la República Argentina, que le genera un costo muy grande”.
La vicegobernadora Gisela Scaglia también se encargó previamente: “En un momento donde Nación no tiene obra pública y no está mirando a las provincias ni al interior productivo, es bueno decir que esto lo hicimos aún con retenciones”. Luego reclamó al gobierno nacional que “ponga en discusión nuevamente el esquema de retenciones”.
Según supo este medio, no hay una planificación convencional de presentar obras o programas para un momento determinado de la campaña. Claro que sí vendrán continuos actos de inicios, recorridas o inauguraciones porque hay varias que están empezadas. La idea parece ser que quede la imagen de un gobierno que activa en obra pública frente a otro que la tiene paralizada.
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