Uno de los países que más turistas recibe anualmente es Francia. Con más de 100 millones de visitantes, este país europeo se extiende desde el mar Mediterráneo al sudeste hasta el Océano Atlántico al noroeste, limitando con ocho países: Bélgica, Italia, Suiza, España, Luxemburgo, Alemania, el Principado de Mónaco y Andorra.
Su diversidad de paisajes, cultura, gastronomía e historia brinda la oportunidad de realizar recorridos fascinantes a lo largo de toda su geografía.
La gran mayoría de los viajeros argentinos suelen dirigirse a París, al Valle del Loira y luego al norte: Bretaña, Normandía y Alsacia. Sin embargo, existen otras regiones menos conocidas que esconden pueblos muy bien conservados y declarados como los más bellos de Francia. Lamentablemente, el mercado turístico de habla hispana rara vez ofrece tours para descubrir estos destinos encantadores.
Este viaje, que es un viaje de autor, está pensado para aquellos que prefieren no recorrer estas regiones en automóvil, una de las formas tradicionales de explorarlas.
La experiencia se inicia en Lyon, ubicado en la región de Auvernia Ródano des Alpes, una encantadora ciudad, conocida también como “la pequeña París”, famosa por su impresionante belleza.
El recorrido continúa hacia la región de Aquitania, visitando Burdeos, mundialmente reconocida por su historia y vinos. Esta ciudad se destaca por su exquisita arquitectura. Desde allí, se dirige hacia Occitania, haciendo una parada en Limoges para visitar el Museo Internacional de la Porcelana. Occitania esconde el corazón medieval de Francia y será el escenario del siguiente destino: Rocamadour, una ciudadela literalmente colgada sobre un acantilado, a orillas del río Azou.
A continuación se explorarán varios pueblos considerados los “plus beaux villages de France” (los más bellos de Francia): Autore, Curemonte, Collonges-la-Rouge, Turenne, Martel y Cordes-sur-Ciel. Es fácil entender por qué estos pueblos han sido galardonados con tal título. El camino nos llevará luego a Albi, donde se encuentra la catedral de ladrillo más grande del mundo y el Museo Toulouse-Lautrec, en la ciudad natal del famoso pintor. Después, la ruta continúa hacia Puicelsy y Toulouse, la “ciudad rosa”.
El itinerario prosigue hacia Carcasona, cuyo impresionante recinto medieval transporta directamente al pasado. A través de sus murallas, se revivirá la historia de los cátaros y albigenses, el heroísmo de Simón de Montfort y los eventos de la segunda cruzada.
La siguiente parada será en las rutas perfumadas de la Provenza, atravesando Lagrasse hasta llegar a Aviñón, famosa por su Palacio de los Papas, residencia papal en el siglo XIV. Aquí, además, será posible cantar la famosa canción sobre su puente. La Provenza también llevará al legado de los impresionistas y postimpresionistas. Las huellas de artistas como Paul Cézanne, Vincent Van Gogh, Renoir y Matisse estarán presentes en Arles, Saint Rémy, Gordes, Roussillon y Aix-en-Provence, lugares que sirvieron de inspiración para sus obras más emblemáticas.
Luego de una breve parada en Grasse, capital mundial del perfume, este viaje conducirá a la Costa Azul, culminando en Niza, donde el cielo y el mar parecen fundirse en un único color.
Como todo viaje, esta experiencia ofrece una mezcla de emociones, descubrimientos y una oportunidad única para el desarrollo personal.
Datos útiles
Cómo ir: Desde Buenos Aires hay una salida grupal acompañada con guía especializado de habla hispana que sale el 25 de septiembre de 2025. El recorrido es de 22 días e incluye todo lo necesario para estar relajado y disfrutar del viaje.
Cuándo ir: La primavera (abril-junio) y el otoño europeo (septiembre-octubre) son las mejores épocas para visitar estas regiones de Francia, ya que ofrecen un clima ideal para recorrer las ciudades y disfrutar de sus paisajes sin las multitudes del verano.
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Tips para viajeros
- Reservar con anticipación: aunque muchos de los destinos mencionados son menos turísticos, algunas ciudades como Lyon, Toulouse o Burdeos pueden tener mucha demanda en ciertas épocas del año.
- Llevar calzado cómodo: las ciudades medievales y los pueblos más bonitos de Francia suelen tener calles empedradas y colinas pronunciadas, un calzado cómodo es esencial para disfrutar de las caminatas sin preocuparse por el cansancio o el malestar.
- Recorrer los mercados locales: Francia es famosa por sus mercados locales de alimentos, especialmente en regiones como Occitania y la Provenza. Es recomendable pasar por alguno de estos mercados para probar productos locales frescos, como el queso, el vino, el aceite de oliva, las hierbas provenzales y los productos artesanales.
- Visitar los viñedos, no solo por el vino: si bien Burdeos y otras regiones son famosas por su vino, no debe subestimarse la belleza de sus paisajes. Muchos de estos sitios ofrecen recorridos que incluyen paseos entre los viñedos, lo cual permite disfrutar de la naturaleza y aprender sobre el proceso de producción.
- Conocer la historia de los cátaros en Carcasona: la visita a esta ciudad es una excelente oportunidad para aprender sobre los cátaros, una secta medieval que tuvo un gran impacto en la región. Este sitio tiene un aire misterioso y muchas guías locales cuentan historias fascinantes sobre su pasado.
- Llevar protector solar y gorra en la Provenza: el sol en la Provenza suele ser muy intenso, tanto en verano como en otoño. Es recomendable llevar protector solar, lentes de sol y una gorra o sombrero para protegerse durante los recorridos a pie por los campos de lavanda o por las ciudades al aire libre.
- Disfrutar de la gastronomía local: cada región de Francia tiene sus propias especialidades gastronómicas. En Burdeos, por ejemplo, no se puede dejar de probar el magret de canard (pechuga de pato), mientras que en la Provenza se puede disfrutar de una ratatouille acompañada de un buen vino rosado. Siempre es una buena idea preguntar a los locales por las recomendaciones del día.
- La magia del atardecer en la Costa Azul: si el viaje culmina en la Costa Azul, es bueno aprovechar la oportunidad para presenciar el atardecer en Niza o en las cercanías. La vista desde las colinas que rodean la ciudad es impresionante y los colores del cielo al caer la tarde son inolvidables.
- Explorar en bicicleta las rutas de lavanda: la región de la Provenza ofrece varias rutas cicloturísticas que permiten recorrer a su propio ritmo los campos de lavanda y los pueblos pintorescos. No solo es una experiencia activa, sino que también permite disfrutar del paisaje en detalle.
- Viajar tranquilo, sin prisas: Francia es un destino para disfrutar sin apuro. El viaje de autor está diseñado para descubrir cada región, por lo que es recomendable aprovechar para relajarse y absorber la cultura local. Hacer paradas en pequeños pueblos, conversar con los lugareños y disfrutar de los pequeños placeres que este país ofrece.
Bonus Tip
Documentos de viaje: si bien esto aplica para cualquier instancia, siempre es recomendable tener una copia de los documentos importantes (pasaporte, reservas, seguro de viaje, etc.) en formato digital y físico. Esto proporcionará mayor seguridad durante el recorrido por zonas menos turísticas.