Porto de Galinhas es muchas cosas al mismo tiempo: es un pueblo, es una playa y es un verdadero paraíso en la tierra. El sol a pleno en gran parte del año y sus hermosas playas atraen a más de un millón de visitantes por año, convirtiéndola en un destino de ensueño para quienes buscan disfrutar de playas con temperaturas agradables y paisajes paradisíacos. Con su ubicación privilegiada y un clima tropical, este destino garantiza un clima agradable durante todo el año, ofreciendo espectáculos naturales que se repiten día tras día.
Explorar las piscinas naturales que se forman entre los arrecifes y alimentar a los peces que nadan a nuestro alrededor son solo algunas de las actividades que se pueden disfrutar a diario, sin importar la estación del año. A solo 60 kilómetros de Recife, Porto Galinhas ofrece un escenario de belleza imponente que deja sin palabras a quienes lo visitan.
"Desde que llegué a Porto de Galinhas, me sentí transportado a un paraíso tropical donde el sol y la brisa marina me acogieron con los brazos abiertos", comenta María, una turista entusiasta que encontró en este rincón del mundo el escape perfecto. Desde hacer snorkel en aguas cristalinas hasta relajarse bajo el sol en una de las muchas playas de arena blanca y fina, cada día este destino paradisíaco ofrece nuevas aventuras y experiencias inolvidables.
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Con una temperatura promedio anual de 26 grados y un índice pluviométrico menor a 100 milímetros, Porto de Galinhas es el destino ideal para disfrutar de las mejores playas de Brasil en cualquier época del año. Desde las cálidas máximas de 30 grados en enero hasta las temperaturas menos cálidas de julio -las mínimas no bajan de 21 grados-, este lugar ofrece un clima perfecto para disfrutar.
"Lo que más me sorprendió fue la temperatura del agua, ¡tan cálida y acogedora que no quería salir del mar!", comparte Carlos, un viajero aventurero que encontró en las aguas de Porto de Galinhas un refugio de paz y tranquilidad.
El índice pluviométrico es menor a 100 milímetros durante al menos cuatro meses al año (de octubre a enero), lo que garantiza días soleados y sin lluvia. Incluso en otros períodos, la temperatura permanece agradable y el sol brilla con intensidad, como destaca Otaviano Maroja, presidente del consejo de Porto de Galinhas Convention & Visitors Bureau (Porto de Galinhas CVB), que congrega más de 60 asociados y representa a todos los segmentos relacionados con la actividad turística.
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Porto de Galinhas supo ser un pueblo de pescadores, donde la llegada de los turistas era muy limitada. Pero, desde hace tiempo, es admirada y envidiada por sus increíbles playas de mar cálido durante todo el año y sus hermosas piscinas naturales. Así es que se convirtió en el lugar perfecto para vacacionar en pareja, con hijos o incluso, con amigos.
El balneario de Porto de Galinhas es el quinto destino más visitado de Brasil, y el primero del Estado de Pernambuco. Ha sido reconocido como la mejor playa de Brasil por los lectores de la revista Viagem & Turismo durante diez años consecutivos.
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Qué hacer una semana en Porto de Galinhas
Para planificar una semana en Porto de Galinhas podrías comenzar explorando las emblemáticas piscinas naturales, donde la vida marina cobra vida en un espectáculo de colores y formas fascinantes. También podrías dedicar un día entero a recorrer las playas más impresionantes, como la Praia de Muro Alto o la Praia dos Carneiros, donde las aguas turquesas y las palmeras te invitan a sumergirte en un mundo de tranquilidad y belleza natural.
En otro día de tu semana en Porto de Galinhas podrías aventurarte a practicar deportes acuáticos como el surf o el stand-up paddle, aprovechando las condiciones perfectas que ofrece este paraíso tropical. Y, por supuesto, no puedes dejar de probar la deliciosa gastronomía local, que combina sabores tradicionales con influencias internacionales en una explosión de frescura y autenticidad.
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Finalmente, podrías reservar un día para explorar el encanto histórico y cultural de la región, visitando el encantador pueblo de Ipojuca o descubriendo la rica historia de los ingenios azucareros que han dejado su huella en el paisaje y la cultura local.
En busca del sol
Ubicada a 60 kilómetros al sur del centro de Recife y a 50 kilómetros del Aeropuerto Internacional Dos Guararpes, Porto de Galinhas emerge de una antigua Villa de Pescadores para ofrecer casi 19 kilómetros de playas de arena clara y aguas cristalinas, alejadas del bullicio de la ciudad.
Además de su impresionante entorno natural, Porto de Galinhas cuenta con una infraestructura hotelera de nivel internacional y una oferta gastronómica diversa que atrae a los paladares más exigentes.
En la actualidad, Porto de Galinhas se consolida como uno de los destinos más atractivos de la región, ofreciendo una amplia gama de opciones de hospedaje, gastronomía, comercio y entretenimiento tanto de día como de noche.
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Video de Porto de Galinhas
Descubra o Paraíso no Vivá Porto de Galinhas.
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Cómo surgió el nombre de este paraíso tropical
La ciudad cambió su denominación en el período colonial, a partir del tráfico de personas con fines de esclavitud. Porto de Galinhas, ubicada en el litoral sur de Brasil, en el Estado de Pernanmbuco, es un bellísimo balneario de aguas cristalinas repleto de maravillas naturales y cuna de un rico ecosistema marino. Sus playas son reconocidas mundialmente por su belleza, pero son pocos quienes saben la historia de esta antigua villa de pescadores, donde se funde la historia del Brasil Colonial con numerosas leyendas regionales.
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Según cuenta la historia, el nombre original del pueblo era "Porto Rico". A mediados del siglo XIX, el lugar era un famoso puerto de desembarco de esclavos clandestinos traídos desde África para trabajar en las plantaciones de caña de azúcar. En esa época ya se encontraba vetado el comercio de cautivos por lo que los vendedores idearon una forma de hacerlos ingresar a suelo americano: a modo de evadir la prohibición, el comercio se disimulaba con el transporte de gallinas.
Los barcos atracaban en las playas con las bodegas llenas de africanos cubiertos por cajas dónde trasladaban a los animales. La contraseña secreta de la tripulación para los traficantes era "tem galinha nova no porto", en castellano: "hay nuevas gallinas en el puerto". De esa manera surgió el nombre con el que hoy se conoce a Porto de Galinhas.