Esta nota propone un recorrido por cuatro destinos imperdibles de este rincón del Caribe: Punta Cana, Santo Domingo, Samaná y La Romana. Cada uno con su propio carácter, sus playas, sus sabores y su magia particular. Porque si algo tiene República Dominicana, es que no hay una sola forma de vivirla, pero todas son inolvidables.
Cuatro joyas dominicanas para conocer y disfrutar
Punta Cana, donde el Caribe sueña despierto
Si alguna vez imaginó el paraíso, probablemente se parecía a Punta Cana. Sus kilómetros de playas de arena blanca, palmeras infinitas y aguas cristalinas hacen de este rincón uno de los destinos más deseados del Caribe. Es ideal tanto para quienes buscan descanso absoluto como para quienes se animan a la aventura bajo el sol.
En Punta Cana es posible relajarse en la comodidad de un resort todo incluido o salir a explorar el entorno: nadar con delfines, bucear en arrecifes de coral, hacer snorkel o disfrutar de un paseo en catamarán al atardecer. Las excursiones a Isla Saona o Isla Catalina son imperdibles, con playas vírgenes y naturaleza en estado puro.
La gastronomía local también merece un capítulo aparte. En los mercados y restaurantes alejados del circuito turístico, es posible probar pescados frescos, mofongo, tostones o un buen sancocho. Y para quienes disfrutan de la vida nocturna, abundan los bares y discotecas donde la bachata y el merengue marcan el compás de la noche.
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Santo Domingo
Historia viva frente al mar
La capital dominicana es un viaje en el tiempo. Santo Domingo, la ciudad más antigua del nuevo mundo, conserva en su zona colonial vestigios de la historia que fundó América Latina. Calles empedradas, casas de siglos pasados, plazas llenas de vida y cafés con encanto constituyen un escenario donde pasado y presente conviven con naturalidad.
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El turismo caribeño también se presta a excursiones y actividades recreativas como el ciclismo.
Entre sus principales atractivos se destacan la Catedral Primada de América, el Alcázar de Colón y el Parque Colón. Pero también hay belleza en lo cotidiano: los mercados rebosantes de aromas, los murales coloridos y las esquinas donde siempre hay alguien dispuesto a charlar. Es un lugar ideal para sumergirse en la cultura local, visitar museos, saborear la gastronomía criolla o simplemente dejarse llevar.
Como en todo el país, Santo Domingo también vibra de noche. La música y el baile forman parte del ADN urbano y abundan los espacios para disfrutar de la bachata, la salsa o una cerveza bien fría frente al mar Caribe.
Samaná: la perla exclusiva del Caribe
Ubicada al nordeste del país, la península de Samaná es un refugio natural de belleza salvaje. Menos conocida que otros destinos, resulta ideal para quienes buscan una experiencia más auténtica, en contacto con la naturaleza y lejos del turismo masivo.
Samaná es famosa por ser uno de los mejores lugares del mundo para el avistamiento de ballenas jorobadas, que llegan cada año entre enero y marzo a estas aguas cálidas para aparearse. Más allá de ese espectáculo, los atractivos son múltiples: playas como Las Terrenas, Playa Rincón o El Valle, la imponente cascada El Limón o el Parque Nacional Los Haitises, con manglares, cuevas y formaciones rocosas únicas.
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República Dominicana es famosa por sus playas.
La vida en Samaná transcurre a un ritmo pausado. Los pequeños pueblos costeros conservan ese espíritu caribeño relajado, con mercados locales, pescadores y niños jugando en la calle. Y la cocina, por supuesto, sigue siendo protagonista, con mariscos frescos y sabores caseros que conquistan a cualquier visitante.
La Romana: entre elegancia y naturaleza
La Romana ofrece una combinación de lujo, historia y naturaleza difícil de igualar. Alberga algunos de los complejos turísticos más exclusivos del país, como Casa de Campo, donde el golf, la navegación y el confort se encuentran con el mar Caribe.
Pero más allá del lujo, La Romana tiene mucho para mostrar. A pocos kilómetros se encuentra Altos de Chavón, una aldea de artistas construida al estilo mediterráneo con vistas al río Chavón. Allí pueden visitarse galerías, talleres y un anfiteatro que recibió a grandes figuras internacionales.
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Los paisajes naturales también abundan en las distintas ciudades costeras.
Desde ese punto también se pueden realizar excursiones a las cercanas Isla Saona e Isla Catalina, dos paraísos de aguas cristalinas ideales para el buceo y el descanso. La Romana representa una elegancia sin pretensiones, un destino en el que todo parece pensado para el disfrute, sin perder la conexión con el entorno natural y cultural.
Con su impresionante mezcla de playas paradisíacas, una historia rica en cultura, una vida nocturna vibrante y una gastronomía que despierta todos los sentidos, República Dominicana es un destino ideal para cualquier tipo de viajero. Ya sea para relajarse en sus costas o sumergirse en su historia, siempre hay algo por hacer y descubrir.
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Sabores y cultura que se disfrutan
La gastronomía dominicana es un reflejo de su identidad: diversa, sabrosa, sencilla y, a la vez, profunda. Con influencias africanas, españolas e indígenas taínas, los platos típicos del país están marcados por el uso de ingredientes frescos, sabores intensos y preparaciones que invitan al encuentro.
Entre los clásicos imperdibles se encuentran el sancocho, un guiso espeso de carnes y vegetales que se sirve tradicionalmente en celebraciones familiares; el mangú, elaborado con plátano verde hervido y acompañado por cebolla, queso, salame o huevo; y el mofongo, una preparación a base de plátano frito y machacado, con distintas variantes que incluyen mariscos o carne.
En la costa, los pescados y mariscos tienen un lugar privilegiado. Platos como el pescado con coco, típico de Samaná, combinan la frescura del mar con la suavidad de la leche de coco, creando sabores únicos. Para el postre, destacan las habichuelas con dulce, una receta inusual a base de frijoles, leche, azúcar y especias, que se consume especialmente durante Semana Santa.
En cuanto a bebidas, el ron dominicano es un símbolo nacional, presente tanto en celebraciones como en encuentros cotidianos. También vale la pena probar mamajuana, una mezcla de ron, vino y miel macerada con cortezas y hierbas, considerada una bebida tradicional con propiedades digestivas.
Las festividades populares forman parte esencial del espíritu dominicano. Entre ellas, el Carnaval, celebrado en febrero, se destaca por su colorido, música y desfiles en distintas regiones del país. Cada ciudad aporta su identidad, pero todas comparten la alegría colectiva y la expresión cultural. La Navidad y la Semana Santa también tienen un valor simbólico profundo, porque las familias se juntan para compartir comidas típicas, música y momentos de encuentro.
Más que una postal turística, estas expresiones son parte viva de una cultura que valora la celebración compartida, el sabor de lo cotidiano y el placer de vivir con intensidad.
Datos útiles
Cómo llegar
Desde Rosario hay vuelos de Copa y Latam. Copa cuenta un vuelo diario directo hacia Panamá, desde donde tiene tres conexiones diarias a Punta Cana y Santo Domingo. Se puede aprovechar y realizar el stop over gratuito en la ciudad de Panamá.
Latam ofrece tres vuelos semanales (miércoles, viernes y domingo) directo a Lima, desde donde conecta con un vuelo diario hacia Punta Cana.
Cuándo ir:
La mejor época para visitar Dominicana es de noviembre a mayo, cuando el clima es más seco y las temperaturas agradables. Se recomienda evitar viajar entre agosto y octubre, que es la temporada de huracanes.
Seguridad
En general, República Dominicana es segura para los turistas, especialmente en zonas turísticas como Punta Cana, La Romana y Samaná. Pero, como en cualquier destino turístico, se recomienda no llevar grandes sumas de dinero o exhibir objetos de valor innecesarios. En Santo Domingo, en tanto, se solicita utilizar taxis oficiales o aplicaciones como Uber para moverse y evitar las zonas poco iluminadas, especialmente de noche. Se recomienda consultar en los hoteles sobre zonas seguras y otros consejos locales para mayor tranquilidad.
Moneda y formas de pago
La moneda oficial es el peso dominicano (DOP), pero en muchas zonas turísticas el dólar estadounidense también es aceptado. Es recomendable cambiar algo de dinero al llegar, aunque las tarjetas de crédito y débito son ampliamente aceptadas. Hay que evitar pagar con dólares fuera de las zonas turísticas, ya que los precios pueden no ser tan favorables.
Costumbres
Si bien el español es el idioma oficial, en las zonas turísticas también se habla inglés. La música, especialmente la bachata y el merengue, está presente en cada rincón del país.
El trato en general es cercano e informal, y es común saludar con un “¡Buenas!” en cualquier momento del día. También es habitual dejar una propina (entre un 10 y un 15%) en restaurantes y en servicios turísticos, aunque la propina ya esté incluida en la cuenta.
La relajación y el ritmo de vida pausado son parte de la experiencia, por lo que la paciencia es clave. Para conocer más sobre paquetes a República Dominicana hacer click en el siguiente enlace.