El filósofo Darío Sztajnszrajber vuelve a Rosario junto a Soledad Barruti para presentar "Recital de mitos". La icónica dupla demostrará, una vez más, que los relatos antiguos no pierden vigencia y tienen mucho que ver con el presente. Será el próximo jueves 21 en el teatro El Círculo (Laprida y Mendoza).
"Es una experiencia más cercana a lo teatral. Contamos mitos con música, intervenciones audiovisuales y también con mucho humor, mucha emoción y recuperando un poco eso de juntarnos alrededor del fuego para contar historias", señala Darío Sztajnszrajber en diálogo con La Capital.
Sztajnszrajber y Barruti se suben al escenario para contar historias. No es una conferencia sobre el pensamiento griego sino un viaje por relatos que, a simple vista, parecen antiguos pero en realidad constituyen parte fundamental del presente. "Hay un concepto, que viene de Nietzsche, y es que la filosofía es siempre intempestiva, trata los temas de modo extemporáneo, y remite a una relación con el tiempo distinta. La idea es intentar comprender el presente sin estar inmersos en las categorías que este presente establece", plantae.
De esta manera, Sztajnszrajber afirma que la filosofía busca los discursos, relatos, explicaciones y propuestas que a primera vista parecen fuera de tiempo pero que, sin embargo, permiten alejarse del "enseguecimiento que provoca el presente". Para el pensador, los textos filosóficos no pierden vigencia y esa es una particularidad de la disciplina. "La filosofía es un ejercicio literario desde el cual repensarnos a nosotros mismos", define.
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En este sentido, con relatos alejados en el tiempo se pueden pensar las problemáticas que atraviesan la cotidianeidad. "Es querer entender el amor yendo a leer el banquete de Platón. Parecería ser un texto que habla del amor en otros tiempos pero hay algo de ese desenfoque que permite visualizar desde otra perspectiva un fenómeno como el afectivo en nuestros tiempos. A veces por tratar de entenderlo en su relación con lo efímero, con la tecnología, con el modo en que se plasma en nuestra contemporaneidad, pierde volúmen, pierde las posibilidad de mostrar sus intersticios, sus media tinta", expresa.
En relación a esto, Sztajnszrajber sostiene que, así como la filosofía, los mitos proponen esta mirada "dislocante", permitiendo a quien lo lee o lo escucha alejarse de la turbulencia del presente para pensar desde otro lugar. "Elegimos los mitos griegos constituyen lo que somos porque son una de las tantas fuentes que constituyen lo que somos. Son originarios en el sentido de que fueron dando y siguen dando origen a lo que somos. Hay preguntas que atraviesan el tiempo y, de repente, son las mismas preguntas de hace 2500 años pero en contextos radicalmente distintos", afirma el filósofo.
Lo cierto es que la dupla tiene una gran cantidad de mitos y relatos bajo la manga. Seleccionan tan sólo unos pocos y van rotando de función en función. Así, quien asista podrá encontrar relatos como "el del minotauro, la historia de Casandra, la manzana de la discordia, la historia de Dionisio y la alegoría de la caverna de Platón". En opinión de Sztajnszrajber, "si uno se quedara con una lectura más lineal, parecerían cuentos de otra época y, sin embargo, permiten este viaje permanente a lo profundo de nuestra propia subjetividad".
"Los mitos nos invitan a pensarnos a nosotros mismos problemáticamente. Una introspección que, más que estar en busca de afirmarnos en lo que somos, tiene la vocación de escaparnos de lo que han hecho de nosotros. Nos permite un sacudón que muchas veces desde la razón pura no podemos tener", sentencia el filósofo.
Trabajar de a dos
La dupla junto a Soledad Barruti ya es icónica. Si bien la periodista y el filósofo vienen de disciplinas y mundos diferentes, se encontraron arriba del escenario para atravesar una experiencia de enriquecimiento y aprendizaje mutuo.
Además de juntarse a contar historias, Sztajnszrajber y Barruti son pareja. "La experiencia de trabajar con Soledad es maravillosa, creativa, libre. Es un aprendizaje mutuo, venimos de mundos distintos y, sin embargo, nos aúna una misma búsqueda", declara.
"El escenario se vuelve un aspecto más del modo en que nos seguimos conociendo. Cuando se habla de trabajar con la pareja se suele visualizar como algo negativo. A nosotros nos pasa exactamente al revés. Cada uno de nosotros vive en su casa, con sus hijos. No convivimos juntos. Y el escenario es una manera de estar juntos", concluye.