El Museo Diario La Capital participará una vez más de la Noche de Museos Abiertos, que tendrá lugar en el marco de la 7º Quincena del Arte Rosario. Bajo el lema “Símbolos de Ciudad”, esta edición convoca a reflexionar sobre los íconos identitarios. El museo se propuso entonces trabajar con la bandera argentina, que no sólo representa a la ciudad en tanto sitio que le dio origen, sino que además forma parte del isologotipo del diario. Por eso, convocaron al artista Joaquines, que desarrolló la intervención artística “El poder de la impresión” en el edificio de La Capital (Sarmiento 763), la cual se podrá visitar este viernes 11 de 19 a 23.
“Cuando supimos que el eje curatorial de esta edición de Quincena del Arte era el símbolo, automáticamente pensé en convocar a Joaquines, un artista que aborda a la bandera en la producción de su obra”, adelantó Hernán Rossi, coordinador general del Museo.
Efectivamente, Joaquines generó la pieza “Luto”, una bandera argentina completamente negra, para su muestra “La memoria también es la sombra de los párpados”, inaugurada en Gabelich Contemporáneo el pasado mes de marzo. Esa obra marchó por las calles rosarinas en la movilización del 24 de marzo y ahora forma parte de la selección del 101º Salón Nacional de las Artes del Museo Provincial Rosa Galisteo, en la ciudad de Santa Fe.
Una bandera de papel prensa
Ante la convocatoria del Museo, el artista, que también es arquitecto, investigador y docente, supo inmediatamente que si se tenía que pensar una bandera, “se tenía que hacer a partir de imprimir y con pedazos de diarios”. Por eso, una de las dos piezas que componen, de forma articulada, “El poder de la impresión”, se empezó a gestar hace un mes de forma sutil y quizás inadvertida.
Durante un mes, los ejemplares del diario alojaron “un código enigmático, un error de impresión, una mancha pixelada de tinta” que se imprimió más de medio millón de veces. Con un puñado de esas copias, se construye una de las obras, instalada en el patio central del Museo.
De esta forma, Joaquines propuso una “instalación de sitio específico” (una obra que se vincula particularmente con el equipamiento y la arquitectura de un espacio), concibiendo ese sitio de manera amplia, más allá de sus paredes y sus límites estructurales. “A mí esa idea me interesa más pensarla desde la categoría situada de la gente, el tiempo, el lugar, la calle, de qué otras cosas hacen al edificio del diario”, contó el artista en diálogo con La Capital.
“El capital simbólico más fuerte que tiene el diario todavía hoy, aunque en crisis, es ver el diario en las mesas de los bares, oficinas, universidades, en la calle, con los canillitas. Me interesaba componer algo que hiciera referencia al diario como vector en el territorio, como fragmentos que se reparten por todos lados pero que a su vez son todos parte de una misma producción simbólica”, agregó.
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La otra obra se desplegará sobre la fachada del edificio, articulada a través de una serie de mástiles que suelen estar vacantes. Sin develar por completo las características de la pieza, Joaquines adelantó que combina la idea de bandera con el papel prensa en blanco. “Me parecía que con la calle había que articular sí o sí, sobre todo en esta idea de la ciudadanía que está presente en el texto de la Quincena del Arte. Estuvo bueno porque el Museo se prestó para que eso suceda. No siempre es fácil para las instituciones armar algo así”, reconoció.
“Para mí el lenguaje contemporáneo es simplemente una provocación. No me interesa la producción artística de los artistas por sí mismos y el diálogo entre ellos, me interesa la producción estética que surge en la calle. Y al final el lenguaje del arte contemporáneo es una provocación a preguntar qué pasa en la cultura con la exclusión que hacemos con esa producción que surge del pueblo”, apuntó el artista, que históricamente retoma en su obra elementos diversos de la cultura popular, como se puede observar en su actual muestra “El sueño de la casa propia”, que se exhibe en el Colegio de Arquitectura y Urbanismo.
Un trabajo colectivo
Para esta actividad, el Museo realizó un convenio con la Escuela de Bellas Artes perteneciente a la Universidad de Humanidades y Artes de la UNR. A través de este acuerdo, se convocó a veinte estudiantes avanzados de la carrera para acompañar a Joaquines en el armado de la obra: Eugenia Torta, Martina Aragón, Laura Ligresti Peirone, Liza Mazzolla, Yazmin Rabar, Lucía Rosa Perrone, Guadalupe Vaz Agostina, Lina María Paratore, Natalia Torti, Nicolás Gómez, Valentina Perez Barbaresco, Noelia Mansilla, Ana Garavelli, Nair Abigail Martínez, Camila Tonelli, Eugenia Illanes, Irupe Rodríguez, Denise Barro, y Verónica Leva.
El artista quiso que los jóvenes participen de “El poder de la impresión” de forma activa y creativa, que no sean meros “asistentes montajistas” sino artífices colectivos. “Estuvo re bueno lo que pasó ahí, lo sentí muy poderoso. Les conté la consigna general, y dejé unos baches libres para que puedan decidir ellos, para que se apropien de la obra. Me parecía importante desarmar esa idea del artista-autor y que el dispositivo en sí se vuelva colectivo, sobre todo trabajando con ciudadanía universitaria, en el conflicto universitario que atravesamos. Que armen sus propias banderas”, compartió Joaquines sobre la colaboración con los estudiantes.
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Si bien pensó la idea de “instalación de sitio específico” de forma ampliada, la obra apareció también en diálogo directo con el edificio. “A mí me pasa muy naturalmente como arquitecto. Fue fascinante e ineludible querer ocupar el espacio cuando entré. La fachada puede pasar medio inadvertida porque Rosario es así, hay fachadas espectaculares que sin embargo se van disimulando entre tanto ruido. Pero cuando entrás al Museo te come ese edificio, que además habla de una Rosario que no existe más, donde la fastuosidad estaba volcada a un proyecto cultural. Hoy la fastuosidad está sólo puesta a disposición de los ricos, sin ningún proyecto cultural de por medio ”, describió Joaquines.
“Eso en La Capital aparece muy claramente. La doble altura, esos balcones, esa isla de mármol central eran vectores muy fuertes a los que no quería escapar. También me parece importante la figura de Ovidio Lagos en eso. Tenía un proyecto muy claro y mucha astucia política para llevarlo adelante”, agregó.
A su vez, Joaquines sí omitió voluntariamente uno de los elementos centrales del Museo: la antigua rotativa del diario, que data de 1930. “Me parece que hay algo ahí que es muy potente por sí solo, en esta situación de crisis fuerte que atraviesa, para mí lamentablemente, el diario en papel. Yo no puedo creer que creamos que la información se digiere de la misma manera a través de una pantalla, sin resistencia, que con todo el evento que representa físicamente leer un diario, toda la atmósfera que arma. Sin romantizar, realmente me parece ridículo que pensemos así. Nuestro cuerpo tiene sus tiempos para digerir las cosas, y la información también”, cerró.
La Noche de Museos Abiertos, organizada por la Secretaría de Cultura y Educación municipal, se ofrece como una oportunidad única para recorrer los distintos espacios culturales de la ciudad tanto públicos como privados. Así como lo hizo el diario La Capital, los museos preparan programaciones especiales para esa noche. La agenda completa se puede consultar en la página web de la Municipalidad.