El Estudio de Comedias Musicales festeja sus 30 años de historia a lo grande. Como parte de la celebración, este lunes estrenarán en el Teatro El Círculo “Había una vez”, una obra que combina fragmentos de cuentos clásicos, como "Cenicienta", "Heidi" o la "Bella Durmiente", con piezas originales de la escuela de teatro que dirige Nora González Pozzi, como “Salvaje” o “La princesita Sara”. La invitación es para dejar de lado el mundo digital, al menos por un rato, y entregarse a la imaginación.
Durante sus tres décadas de vida, cada receso escolar la escuela del Teatro El Círculo puso en escena diferentes obras, y este año no iba a ser la excepción. “Es un racconto sobre todo lo hicimos en nuestros 30 años en vacaciones de invierno”, afirma González Pozzi, fundadora y directora del Estudio de Comedias Musicales, en diálogo con La Capital. “Son obras que realizamos hace años, y con las que muchos rosarinos fueron creciendo a la par”, continúa, y añade, emocionada: “Hay gente que las vio (a las obras) cuando eran chicos, y que ahora van a llevar a sus hijos”.
En el comienzo de la segunda semana de vacaciones de invierno, este lunes 15 de julio a las 15.30 será la primera función de “Había una vez”, que se repetirá, a la misma hora, el martes 16, el miércoles 17 y el jueves 18. Las entradas pueden conseguirse en Ticketek o en la boletería del Teatro El Círculo.
“Había una vez” sigue la historia de tres niños que viven inmersos en las pantallas, siempre pegados al celular y la computadora, un síntoma de época del que las infancias tampoco escapan. De manera inesperada, una noche ingresan a un mundo mágico y terminan dentro de un universo de cuentos. Durante el viaje, los pequeños recorrerán las historias de Heidi, Cenicienta, la Bella Durmiente, la princesita Sara, Robin Hood y Salvaje. Para lograr fusionar todas las obras en una misma puesta en escena, se intentó capturar, en cada relato, su “parte vital, donde está el alma de la historia”, en palabras de González Pozzi.
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El elenco de “Había una vez” está formado íntegramente por alumnos y egresados del ECM. El rango etario de quienes lo integran es más que variado: “El más chico tiene 6 y el más grande 79”, expresa la directora, y analiza: “Para el arte no hay edad”. Los más pequeños siguen siendo alumnos del Estudio de Comedias Musicales, mientras que los adultos ya terminaron su camino de formación. “Al haber pasado por el ECM, ya manejan los códigos de la comedia musical, por lo que es un placer trabajar con ellos, enriquecen el trabajo escénico”, reconoce, orgullosa, González Pozzi.
La directora del ECM le cuenta a este diario que toda la producción de la obra fue un “trabajo en familia” y afirma que su hija, Luciana González Pozzi, fue su gran “coequiper”, ya que es la codirectora, a la par de Nora, de “Había una vez”. Por su parte, Delfina Beltramone, su nieta, también participó del proceso creativo, pero desde el lado musical: la joven cantante estuvo a cargo de varias de las piezas musicales de la obra.
Dejar el celular y apostar a la imaginación
Nora González Pozzi expresa que “Había una vez” no sólo se propone recorrer el repertorio del Estudio de Comedias Musicales, sino también “dejar el mensaje de la importancia de volver a la imaginación, a la creatividad y a la lectura”.
“Es una invitación a imaginar”, añade Gonzaléz Pozzi y explica: “Con Luciana (su hija y codirectora) dijimos de hacer esta obra porque vemos que los chicos se alejan mucho de la lectura y los libros pasan a ser algo olvidado, cuando son elementos que nos permiten habitar otras realidades y volar con la imaginación. Con un libro nunca te vas a sentir solo”.
La directora del ECM señala que los celulares se volvieron una constante en los más chicos, y que esto los aleja de la creatividad. Este comportamiento no le es ajeno, si no que también lo nota en sus nietos, en oposición a la infancia que vivieron sus hijas, sin pantallas: “Con ellas leíamos millones de libros de cuentos, los comentábamos, imaginábamos, volábamos con la imaginación”, recuerda.
Además de incentivar a los más chicos a darle rienda suelta de la imaginación y a olvidarse del sobreestímulo de las pantallas -aunque sea por un rato-, la obra está orientada para el disfrute de la familia en general: “Los más chiquitos van a disfrutar con los personajes, los padres y abuelos van a disfrutar con las historias”, asegura González Pozzi.