Pamela Anderson está de vuelta, y tiene mucho para decir. A sus 57 años, la actriz regresó con un rol protagónico para mostrarle a Hollywood que hay talento e ideas donde otros sólo ven una sex symbol que ya vivió su momento de fama.
A sus 57 años, la actriz protagoniza “The Last Showgirl” y se enfrenta a los prejuicios construidos sobre su persona
Pamela Anderson está de regreso en Hollywood a sus 57 años, con un mensaje reivindicativo de su propia carrera
Pamela Anderson está de vuelta, y tiene mucho para decir. A sus 57 años, la actriz regresó con un rol protagónico para mostrarle a Hollywood que hay talento e ideas donde otros sólo ven una sex symbol que ya vivió su momento de fama.
En “The Last Showgirl”, la película de Gia Coppola (nieta de Francis Ford y sobrina de Sofia), Anderson, en su primer rol dramático, interpreta a una vedette y bailarina de burlesque en decadencia que recorre el Strip de Las Vegas. De manera similar a Demi Moore en “La sustancia”, la trama de la ficción hace eco de la realidad: una industria que explota a las mujeres y las descarta una vez que cumplen cierta edad o dejan de responder a los parámetros de belleza hegemónica.
Pamela fue la definición de esa belleza hegemónica para toda una generación. Desde su aparición en Playboy a finales de los 80 hasta su icónico papel en “Baywatch”, se convirtió en un fenómeno mediático. Pero su figura quedó atrapada en un estereotipo que limitó su desarrollo profesional.
“Soy un personaje de la cultura pop, lo que es una bendición y una maldición”, afirmó la actriz a la revista Paris Match. En su autobiografía “Love”, escribió: “Necesitaba que alguien me viera a través de la niebla”. Según su relato del libro, esa percepción totalizante sobre su persona hizo que se invisibilizara todo su potencial, e incluso ella misma se cuestionara si era capaz de ser más que lo que el público veía en ella.
En la escena inicial de “The Last Showgirl” (que por lo pronto no tiene fecha de estreno en cines en Argentina pero se espera que llegue a Prime Video eventualmente), Anderson aparece en un casting, insegura por su edad y su aspecto físico.
La película fue escrita para ella, pero su agente rechazó el guion sin consultarla. Fue su hijo Brandon Lee quien intercedió y logró que Coppola se lo entregara personalmente. Finalmente, Anderson aceptó el papel y obtuvo una nominación al Globo de Oro por su actuación, en lo que significó su gran regreso a las alfombras rojas.
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En todas las instancias de prensa de su nuevo filme y en las presencias en eventos y premios, Pamela se mostró a cara lavada, o usando el estilo de maquillaje “natural” que no busca esconder los signos del paso del tiempo. De esta manera, profundizó su postura frente a las expectativas de la industria con las mujeres de su edad.
“Me ha sido muy difícil convencer que podía jugar varios roles y que era, ante todo, un ser humano”, dijo también a París Match. A pesar de la imagen de superficialidad que se erigió sobre ella, Pamela es lectora de Carl Gustav Jung, Rainer Maria Rilke, Emily Dickinson, Anaïs Nin y Goethe, y gran admiradora del cine de todas las épocas. Además, es una ferviente activista por los derechos de los animales y en la defensa del medioambiente.
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En “Love”, Anderson algunas de las experiencias traumáticas que moldearon su vida y su carrera. Sufrió abuso y vivió relaciones violentas. Pero uno de los mayores reveses profesionales y subjetivos, ocurrió en 1995 cuando se hizo público un video con imágenes íntimas de su matrimonio con Tommy Lee (padre de los dos hijos de Pamela).
“Me hizo sentir como una mujer horrible, un simple pedazo de carne”, recordó. Durante años, Anderson se distanció de la escena pública y sólo participó en proyectos menores.
A raíz de este gran regreso con “The Last Showgirl” (en la que también actúan Jamie Lee Curtis, Dave Bautista y Billie Lourd, la hija de Carrie Fisher) hay nuevos proyectos en puerta: la remake de “La pistola desnuda”, junto a Liam Neeson, y el thriller “Rosebush pruning”, del director brasilero Karim Aïnouz. En una de las escenas finales de su nueva película, su personaje afirma: “Tengo 57 años, soy hermosa y me importa un carajo lo que piensen”.
Por Guillermo Zysman
Por Juan Iturrez