El mismo día que Susana Giménez volvió a la televisión después de un año y medio de ausencia, uno de sus ex contrajo matrimonio, y encima lo casó la misma jueza que lo hizo con la diva.
Huberto Roviralta, el hombre al que Susana le revoleó un cenicero después de enterarse de que lo había engañado con Flavia Miller, y que le sacó a la conductora diez millones de dólares, se casó ayer a la mañana con Dolores Benedit, una mujer 18 años menor que él.
La ahora esposa de Roviralta tiene 43 años y es psicóloga. “Dolores es íntegra, derecha, dulce, cariñosa. Ella es el amor de mi vida y no quiero perder más el tiempo. Quiero vivir con ella todo lo que pueda“, dijo él hace algunos días en la revista Hola.
Huberto y Dolores se conocen de toda la vida. Sus familias siempre fueron amigas, pero hay un día que ella lo recuerda como uno de los más importantes de su vida: “Tenía 17 años cuando lo vi entrar en la oficina de papá. Estaba espléndido, era deportista, canchero, divino. Me acuerdo que lo primero que le dije a mi viejo (Jaime Benedit Nougués) fue: ‘Con este señor me voy a casar’“, recuerda hoy. Sin embargo, la primera cita llegaría siete años después, en 1994. Por ese entonces, Roviralta se había separado de Susana Giménez, mientras que ella, con su hija Dolores (de entonces tres años), intentaba rehacer su vida tras el divorcio. Sin embargo, la exposición mediática los obligó a tomar distancia luego de tres meses de relación.
Huberto la sorprendió 18 años después con un mail desde España. Un saludo casual, un “cómo estás” y enseguida el intercambio de mensajes que derivó en un noviazgo fulminante que incluyó propuesta de casamiento. “Fue el 30 de septiembre del año pasado, justo el día de mi cumpleaños. Delante de todos, y ante mi sorpresa, le pidió mi mano a mamá. ‘Quiero pasar el resto de mi vida con vos, me dijo’”, cuenta Dolores.
Ayer dieron el “sí, quiero” en el Registro Civil de Recoleta.