Adriana Lestido, fotógrafa argentina de larga y notable trayectoria, hizo cinco viajes al Círculo Polar Ártico entre 2019 y 2020. Ante esos paisajes deslumbrantes e inabarcables, la artista puso la cámara y filmó. Registró el movimiento permanente en esa aparente quietud remota, los sonidos de ese territorio vivo. Entabló una relación de intimidad con el horizonte, una que permite reconocer una suerte de humanidad ahí donde casi no hay humanos.
El resultado es su premiada ópera prima cinematográfica, la película “Errante. La conquista del hogar” (estrenada en 2022) y dos libros (publicados a finales de 2024 por Planta Alta Ediciones), uno de fotos y otro de diarios de viaje. Lestido presentará las tres obras este viernes 25 de abril, a las 20, en el cine El Cairo (Santa Fe 1120), acompañada por la distinguida productora Lita Stantic, con entrada libre y grauita.
Lestido ofrece a los espectadores y lectores una experiencia: el viaje atraviesa la pantalla y las páginas y se vuelve sensorial. El paisaje conmueve, abruma, inquieta, fascina, impacta. En un año y medio sola en el Ártico, la artista registra el paso del tiempo y los cambios en el entorno a partir de la sucesión de las estaciones: primavera, verano, otoño, invierno y primavera otra vez.
Un viaje exterior e interior
Esta no fue la primera expedición de la artista a los confines helados de la Tierra. En 2012, viajó a la Antártida en busca del blanco absoluto, pero terminó en la aptamente llamada Isla Decepción: un territorio volcánico, profundamente negro. A raíz de ese viaje, publicó otros dos libros (tiene un total de ocho): uno que reúne 50 fotografías, “Antártida negra” (editado por Capital Intelectual), y otro titulado “Antártida negra. Los diarios” (editado por Juan Forn en Tusquets).
“Hacía rato que quería hacer algo en cine. Después de la Antártida sentí que necesitaba pasar a otra cosa y me compré una cámara de video para familiarizarme con el medio y aprender. Y por otro lado quería ver las auroras y registrar su movimiento y. su mágica luz. Así, en enero del 2019 fui a Tromso (Noruega) donde con suerte se ven. Me habían invitado a Berlín con la muestra de la Antártida y saqué por mi cuenta un pasaje a Tromso. Pero más allá de haberlas podido ver y grabar, fue muy fuerte lo que sentí físicamente por estar tan cerca del polo magnético de la Tierra”, contó Lestido a La Capital sobre la gesta de su nuevo viaje hacia los polos.
“Estuve un mes, todo enero (pleno invierno) y en ese viaje decidí que volvería en todas las estaciones para pasar largas temporadas. Pero en ese momento no tenía tan claro lo que quería hacer. Sólo sabía que quería estar en esos lugares, registrar el tiempo transcurriendo en la imagen, y el sonido de la imagen. Pero por sobre todo lo que me interesaba era la experiencia de viajar alrededor del Círculo Polar Ártico. Estar sola en lugares extremos y desconocidos”, agregó la fotógrafa. Finalmente, realizó cinco viajes entre enero del 2019 y mayo del 2020 a Noruega, Islas Svalbard e Islandia, “sin asistencia técnica de ningún tipo ni compañía ni producción”.
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La película “Errante” se presenta apropiadamente como una “meditación visual”: una invitación a habitar otro estadio. El viaje es hacia otro lugar de uno mismo. “Lestido transforma la cámara en una herramienta de indagación no sólo del espacio sino también de su propia y solitaria experiencia personal. Es la conquista del hogar en el sentido de poder llegar al lugar que nos pertenece”, dice la sinopsis.
Al registro visual y sonoro que hace de “esa naturaleza indómita y su transformación” en el filme, la autora suma textos de Haruki Murakami, Luis Alberto Spinetta, Liliana Bodoc, Frigyes Karinthy, Theodor Kallifatides, Antonio Gamoneda y Doris Dörrie, y de canciones de Nick Cave, Gabo Ferro y Ketil Bjornstad. Los lenguajes siempre conviven y se acompañan, dialogan entre sí dentro y fuera del mismo soporte.
Mirar afuera para mirar adentro
Si la película presentaba una ventana a la experiencia del viaje, los diarios permiten ver del otro lado de la cámara y enfocarse en la viajera. “Los dos libros, sobre todo los diarios, creo que la complementan. Mucha gente ve la peli, lee los diarios y vuelve a ver la película (que en realidad tiene muchos reincidentes, eso es hermoso). Los diarios son de alguna forma una recapitulación de mi vida. Los viajes en sí mismos lo fueron. Desde lo que se activaba a partir de las vivencias y de todo lo que tuve que atravesar. ‘Mirar afuera para mirar adentro’, como decía mi amado Robert Frank. Y por otra parte, eso es lo que más me interesa generar con las dos cosas, el viaje interior del espectador o lector”, detalló Adriana sobre el vínculo entre las partes de su obra.
Sin dudas, al mirar la película o ver las fotografías, es imposible no preguntarse con curiosidad e incluso preocupación por las aventuras y desventuras de esa artista en medio de la nada, donde sucede mucho. Y no sólo interesan las anécdotas, sino también los ecos subjetivos de esa soledad.
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“Fue un largo trabajo que encaré inmediatamente después de terminada la peli. Comencé a digitalizar los diarios de los viajes, varios cuadernos (siempre escribo mucho, sobre todo en los viajes), los imprimí y comencé a editarlos con Guillermo Saccomanno, amado amigo y maestro. Los trabajábamos por partes, limpiando, suprimiendo, abriendo las partes que no eran claras. ‘No va, no va’, escribía Guille de tanto en tanto. O ‘buenísimo!’. Después de sus indicaciones yo volvía a reescribir todo, a imprimir, él a revisar. Nos juntábamos y discutíamos sus correcciones, lo que era necesario suprimir o redactar mejor. Yo volvía a reescribir, agregaba cosas, volvíamos a verlo juntos”, compartió Lestido sobre el proceso de armado de los diarios.
El propio Saccomano afirma en el prólogo: “Tarkovski se ha referido a menudo al sacrificio como un tránsito necesario para la creación, alusión directa al valor sagrado del arte como experiencia que trasciende lo introspectivo. Pues bien, Adriana va por ese lado. Y, en su caso, el sacrificio deviene revelación. 'Comprobar que lo único que cuenta es poder estar en lo que es', dice ella”. Estar en lo que es. Esa es la propuesta revolucionaria, a contratiempo, de la obra de Lestido.
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Adriana Lestido en el Círculo Polar Ártico filmando "Errante. La conquista del hogar", que se podrá volver a ver este viernes en El Cairo
Foto: Vala Ísleifsdóttir
“Estuvimos un año trabajando. Fue hermoso, nos peleamos y divertimos muchísimo. Al final de todo seguí sola dando los últimos toques. Me siento muy agradecida de haber trabajado con él, un verdadero aprendizaje. También pasó algo parecido con Juan Forn cuando se editaron los diarios de la Antártida, aunque en ese caso fue más acotado el trabajo porque ese libro es mucho más pequeño. Estuvo buenísimo también, tienen maneras muy diferentes de editar. Mis queridos amigos. Regalos que la vida me dio”, sumó Adriana.
Cuando se le consultó por aquello que la sorprendió de todo el proceso de “La conquista del hogar”, Lestido contestó: “El aprendizaje infinito”.
“No es una sorpresa en realidad, fue más bien confirmar algo que sé es así. Y además de eso me pasa algo que en realidad me pasa casi siempre con los trabajos terminados: vi la película infinidad de veces y leí el libro otras tantas, y con las dos cosas me pasa que cuando entro (a veces para mirar algo específico), termino yendo al principio y sigo hasta el final y me emociono como si no fuera yo la que los hizo, la que vivió esas situaciones, en los viajes y en la vida. Es como si tuvieran vida propia, y me emocionan con lo que su vida me provoca. Un poco loco, pero bueno”, cerró Adriana.