Raúl Emilio Acosta, famoso por su prominente bigote nietzscheano que hizo honor a su apodo, murió este domingo a los 81 años. El periodista trabajó durante más de seis décadas al frente la radio, la prensa gráfica y la televisión. Sin embargo, en varias ocasiones reveló que desde los 16 años, cuando vivía en su Santa Fe natal, le entró esa "droga" por las transmisiones radiales y desde ahí en adelante se transformó en una "adicción" que perduró a lo largo de los años. Fue un emblema de LT8 y los oyentes de "La vereda de enfrente" lo despiden con pesar.
Según las primeras informaciones, padecía un cáncer muy avanzado. Volvió de vacaciones de la costa argentina hace algunos días y debió ser internado en un efector local, donde finalmente falleció. Este sábado 29 de marzo fue su cumpleaños número 81. Quienes quieran despedir sus restos podrán acercarse a partir de las 9 a la cochería Caramuto (Córdoba 2936). Este lunes su cuerpo será cremado a las 10 en la ciudad de San Lorenzo.
Los inicios de El Bigote
El Bigote Acosta llegó en 1960 a Rosario para estudiar Medicina en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), pero no tardó mucho tiempo en incursionar en los grupos de teatro y los pasillos de la vieja radio cerealista (LT3). Eran años donde apenas había tres emisoras y la sociedad se detenía a escuchar radioteatros y toda la programación informativa que acontecía día a día.
Ahí estaba un promisorio productor radial y artístico que sería protagonista de escribir los guiones del programa "Las patas de la sota", que se emitía por la vieja LT3. Sin embargo, la pasión por la radio comenzaría en su ciudad natal, precisamente en LT9, cuando estaba por terminar el secundario y se topó con la cobertura del partido entre su amado Colón y Guadalupe. Fue en ese entonces cuando comenzó aquel romance radial que se mantuvo vigente por décadas.
Comenzó su carrera en 1966 en el diario La Tribuna de Rosario y colaboró en revistas literarias de la ciudad. En En 1968 ganó un concurso para ingresar como secretario de redacción a la prestigiosa revista Gente y se mudó a Buenos Aires. Fueron tiempos de viajar por el país y por el mundo.
También dirigió la "única y propia revista que editó el diario La Capital, cuya tirada se extendía hasta 96 mil ejemplares en su edición dominical. "En el 76' volví a Rosario, porque en Capital comenzaba a respirarse una atmósfera bastante extraña y me pareció que Rosario era mejor lugar. Vine con mucha experiencia como productor periodístico y así fue que tomé la dirección de la Revista La Capital, la primera y única revista dominical que la armaba el diario", contó en diálogo con este diario en 2022.
Durante su paso por los medios escritos, fue redactor en la emblemática editorial Crisis, trabajó en Antena y Así, y escribió para Crónica y El Mundo de Buenos AiresTambién dirigió publicaciones como Diario Rosario, CableHogar, Nueva Hora y la revista 30N.
Su incursión en televisión comenzó en 1970 como productor de Generación Espontánea en Canal 7. Luego, participó en numerosos programas de Canal 5 Rosario, Canal 3 y se desempeñó como conductor en Canal 9 de Paraná y CableHogar Rosario.
Acosta, que también dedicó su vida a la docencia, desempeñándose como profesor adjunto en la cátedra de Periodismo Político en la Universidad Abierta Interamericana (UAI), durante sus últimos años, estuvo a cargo del programa Historias de gente común y condujo de lunes a viernes “La Vereda de Enfrente" por LT8.
"La vereda de enfrente", emblema de LT8
Con esa trayectoria y fogueo en capital federal, en el 78' comenzó un envío exitoso comandado por Enríque Pesoa y Pili Ponce en conducción, Ignacio Suriani, Dante Nasurdi, Pablo Cribioli, Carlos Bermejo, Eduardo Conforti, Oscar Cesini y Eduardo Carmona; móviles en la calle: Carlos Di Salvo y Héctor Cardozo, corresponsales en Buenos Aires en Casa de Gobierno; Nilda de Siemmienczuk como columnista; Daniel Aleart como locutor de piso y él como productor.
"En el año 82 los militares nos censuraron y nos permitieron hacer un programa musical, que se llamó 'La vereda de enfrente'", recordaba Bigote. Allí, elegía música y textos y Nacho Suriani hablaba hasta donde se podía en aquellas épocas oscuras hasta que un año después el país pudo vivir en democracia.
Acosta subrayó siempre el plus que diferenciaba su programa "La vereda de enfrente" del resto era la pluralidad de opiniones más allá de la ideología de cada integrante." No me molesta que los colaboradores piensen distinto, por eso es de los pocos programas donde no pensamos lo mismo y eso lo decimos al aire; en realidad, a mí me gusta confrontar, por eso se da ese clima", sostenía con orgullo.
En la actualidad, continuaba conduciendo La Mañana Rosarina por LT3.