Los fanáticos de la moda y de las películas conmovedoras no se pueden perder una de las nuevas incorporaciones de Netflix. Se trata de una película que pasó por los cines y recientemente desembarcó en la plataforma para seguir conquistando espectadores. “La señora Harris va a París” es una envolvente y emocionante historia.
La sinopsis oficial retrata: “Ada Harris, una mucama viuda en el Londres de los 1950, que se siente invisible hasta que un vestido de Dior captura su imaginación y la impulsa a un viaje que cambiará su vida”.
En esta historia llena de moda, sueños y emoción, las piezas de diseño de la casa Dior se vuelven un elemento central. Lejos de tener una justificación superficial, el símbolo de los vestidos está cargado por un significado profundo y que vale la pena analizar.
Qué significa el vestido en “La señora Harris va a parís”
En “La señora Harris va a París”, la protagonista deberá emprender una búsqueda interior para la cual se propone viajar a París. Históricamente, París ha sido una de las grandes capitales de la moda y en tanto el primer sueño que persigue Ada es el de conseguir su vestido Dior, no habría mejor lugar hacia el cual dirigirse.
Ese vestido que funciona como puntapié para el viaje de Ada pertenece a la mansión Dior, una de las más influyentes y aclamadas dentro de la alta costura. Sin mirar la película, la premisa puede parecer superficial, en tanto podría parecer que la historia solo se desarrolla por el capricho por un vestido.
Sin embargo, Anthony Fabian, director de la cinta, hizo una interpretación más íntima. “El libro nos da los huesos de la historia, pero falta la carne”, explicó (en tanto la película es una adaptación de la novela homónima). “Nunca se explica por qué la Sra. Harris está empeñada en tener ese vestido – o si lo hace, es de un modo frívolo y superficial –, pero siempre pensé que debía haber algo más profundo”, entendió.
“Se me ocurrió sugerir que el corazón de Ada Harris se cura por fin en este viaje. Es viuda y ha dejado de lado su corazón”, reveló Fabian. El punto es que la protagonista en París, la protagonista “puede amar un vestido con pasión, un objeto inanimado, sin ser infiel a su marido. De algún modo, el vestido es el catalizador que abre su corazón y le permite volver a amar”.
Si el deseo es el motor de la vida, solo ese vestido pudo despertar en Ada la búsqueda de algo movilizador, de una nueva vida, de una nueva pasión. En definitiva, el vestido le devuelve el deseo, el sueño, la aspiración, las ansias y el empeño.
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En la película se lucen diversos vestidos de alta costura de la casa Dior
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La moda y el vestido como indicador de clase
Más allá del significado que carga el vestido alrededor de los sueños y los deseos, la prenda de Dior en manos de una mucama es una premisa rebelde, escandalizadora, disruptiva.
Las prendas de alta costura siempre parecieron estar reservadas para una clase que disfruta de la exclusividad y necesita, a través de esas telas, diferenciarse del resto; por lo que Ada pudiendo acceder a ese mundo rompe el sueño de superioridad de ese sector (que se retrata reacio a la adquisición de ese vestido por parte de la protagonista) pero a su vez alcanza su propio sueño.
En su viaje interior, Ada no solo lucha contra sus propias inseguridades y limitaciones, sino también con las trabas de una sociedad que parece tener un lugar reservado para ella del cual no debería salir. Como mujer, como adulta mayor y como clase media-baja, Ada llena ese vestido de liberación y encuentra en él ese elemento de sublevación tan necesario para su personaje.
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Un homenaje a la casa de Dior
“La película gira en torno a Dior”, expresa Guillaume Benski, productor de la película. “Dior está en casi todas las escenas, es la textura de la película. Aunque no se vea mucho a Christian Dior, todo se basa en lo que representa la marca”, revela.
Tanto el director como los productores escribieron en el guion la descripción de la casa junto al director de Comunicaciones Internacionales de Christian Dior Couture, Olivier Bialobos. “El proyecto tenía mucho sentido para la marca”, explicó Benski: “representa sus valores, además de plasmar la belleza y el lujo de la Casa Dior”.
En total, se pueden contemplar 16 looks históricos de la casa en la película. Su elección y recreación quedó en manos de una de las diseñadoras más aclamadas en la industria, Jenny Beavan.