El primer puesto del ranking de Netflix quedó en manos de una atrapante miniserie noruega basada parcialmente en hechos reales y llena de catástrofes
La producción noruega acerca de un tsunami se está llevando todas las miradas en Netflix
Las producciones internacionales son la base de la diversidad y heterogeneidad que se puede encontrar dentro del catálogo de Netflix. Normalmente, entre lo más visto de la plataforma siempre hay diversos países representados en realizaciones y actualmente se luce Noruega con su miniserie de suspenso y supervivencia que fue discutida por la crítica.
“Una familia noruega que celebra Navidad en La Palma debe luchar para sobrevivir cuando el tsunami más grande de la historia amenaza la isla”, es la descripción que presenta Netflix de “La Palma”, la miniserie más vista en la semana. Durante 4 capítulos, desarrolla una historia llena de tensión y nerviosismo imposible de abandonar.
Filmada en las Islas Canarias , “La Palma” está parcialmente basada en un hecho real como fue la erupción de un volcán en la Isla de La Palma en 2021. Este hecho significó una catástrofe de destrucción. Es por esto que la trama de la miniserie explora los efectos y consecuencias del fenómeno en el lugar. Sin emabrgo esta cuestión disparó algunas polémicas en la crítica
Los hechos reales siempre son complejos a la hora de ser abordados en realizaciones de cualquier tipo. Sobre todo en las producciones audiovisuales, las exigencias y expectativas de los espectadores exigen un nivel de compromiso y fidelidad con la verdad que muchas veces entorpece las posibilidades que brinda la ficción.
Al tratarse de una catástrofe que ha marcado tanto a las Islas Canarias, la crítica señaló el disgusto de que quienes narren el acontecimiento sean extranjeros y no locales. Esto apunta también contra el hecho de que la perspectiva es adoptada por turistas y no por residentes del lugar, quienes serían los más indicados para efectuar dicha narración.
Sin embargo, la producción aclaró que el rodaje había comenzado antes de la catástrofe y buscaba representar el riesgo posible de que ocurriera. Luego, a raíz de que el acontecimiento se efectuó realmente, se debió suspender la grabación. En ningún momento se intentó hacer un documental, siempre fue una ficción que buscaba señalar los riesgos y que se terminó apoyando en los hechos pero nunca intentó representarlos totalmente. De todos modos, gracias al momento de rodaje quedaron registradas imágenes previas a la erupción real, por lo que la producción constituye una especie de memoria del pasado de la isla y busca respetar el hecho y sus consecuencias.
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Por Florencia O’Keeffe