Las BRODA live sessions se convirtieron en una marca registrada de la escena musical rosarina. Se trata de un proyecto del colectivo artístico local BRODA, que surge de la fusión de dos productoras audiovisuales locales. Desde el 2020, produjeron más de treinta entregas de este formato que, con identidad propia y espíritu colaborativo, apuesta a estándares de producción internacionales con la mirada puesta en hacer crecer la escena de la ciudad. El pasado domingo 20 de octubre, estrenaron la sexta temporada con una sesión de Caliope Family y lanzarán otras dos antes de fin de año.

A lo largo de estos cuatro años de recorrido, han pasado por “las BRODA” artistas de distintos géneros y generaciones como Chulimane, Lichi, Fasciolo y Nasir Catriel, China Roldán, a.k.a Cadela, Dani Pérez, y Joako 22, entre muchos otros, ofreciendo un panorama rico y diverso de la movida en Rosario. La nueva temporada, grabada por primera vez fuera de un espacio propio, se completa con las sesiones de Chokenbici (estrena en noviembre) y mingusmotion (estrena en diciembre). Todas se pueden o podrán ver de forma gratuita en el canal de YouTube de BRODA (se recomienda seleccionar la versión en 4K para apreciar la realización con máxima resolución).

En tiempos de primacía de la imagen, las sesiones en vivo audiovisuales se convirtieron en un gran pilar para los músicos de todo el mundo a nivel difusión de su obra. Aunque los videoclips siguen siendo relevantes, ya no son la única forma (y quizás tampoco la preferida) de compartir y consumir canciones más allá de lo estrictamente sonoro. Formatos como las Tiny Desk, las Colors, las 4AD o en otra época las Take Away (de la Blogothèque), se convirtieron, con distintas estéticas y dinámicas, en plataformas potentes tanto para artistas como espectadores.

>> Leer más: Broda, el canal de música rosarino que es la banda de sonido de las nuevas generaciones

Rosario no se queda afuera y de hecho hace varios años tiene una versión muy local y muy distinguida de este formato, con foco en artistas emergentes de la ciudad. Además, “las BRODA” logran de forma autogestiva una calidad técnica y una propuesta visual que nada tiene que envidiarle a las mega producciones de otros lugares del mundo.

El proyecto, como tantos otros de mucha relevancia en los últimos años, surgió de la situación de excepcionalidad que generó la pandemia. Desde 2017, las productoras audiovisuales locales Fango y Mariscal compartían espacio físico, y desde 2015 llevaban adelante el canal de YouTube de BRODA (donde un video que habían registrado en un recital de Sara Hebe en la explanada del Fontanarrosa se había vuelto viral). El hecho de contar con un estudio vacante y equipos propios, y tenerlos a completa disposición por el confinamiento, fue suelo fértil para el impulso creativo de los realizadores, que durante muchos meses había estado en obligado estado latente.

Las sesiones BRODA, un proyecto con permanencia

“A finales de julio de 2020, tuvimos nuestro primer rodaje. Mi recuerdo de esas primeras temporadas es que teníamos rodajes de dos o tres días, aprovechando que era nuestra casa y también la disponibilidad de los equipos y de los materiales de ambientación. Eso hizo que tengamos un tiempo muy bueno y muy amplio para poder construir una estética. Fue una construcción en conjunto y un momento muy lindo de creación compartida que hizo que hoy por hoy podamos tener el formato explorado como lo tenemos”, contó Martín Casse, uno de los productores generales de las live sesiones, en diálogo con La Capital.

Gran parte de la identidad de las BRODA, la iluminación con cabezales móviles o las telas de colores de la ambientación, surgió de la apuesta a los recursos existentes o disponibles. El tiempo de para “experimentar, probar y decidir por dónde ir” que permitía la pandemia también fue clave. Finalmente, la curaduría musical completa esa marca registrada, que se va “fortaleciendo a través de la variedad de géneros que hay en cada temporada y a nivel general, sin olvidar el tema de la paridad”.

>> Leer más: Tras un largo camino, los espacios culturales rosarinos tienen una norma que los regula

“Cuando salió la primera temporada, y vimos que el formato gustaba, que nosotros estábamos cómodos y contentos con el resultado, decidimos seguir y acumular material”, agregó. En ese primer año, grabaron las primeras tres temporadas y con cada lanzamiento fueron moviendo cada vez un poco más el avispero en la escena local. El proyecto, que contaba con la “participación fundamental” de Martín Valci en el registro y postproducción de audio, empezaba a tener visibilidad y a ganar prestigio.

En 2021, la Municipalidad de Rosario los convocó a producir un festival en el Anfiteatro, del cual participaron más de cincuenta músicos (vinculados con las sesiones) y más de sesenta técnicos. “De pronto también estábamos creando un nuevo evento en la ciudad. Y lo que un día fue una charla entre amigos, terminó en un Anfiteatro al que fueron 1500 personas. Nos llenó de orgullo haberlo logrado pero sobre todo el cariño y el respeto que recibimos de los artistas y la gente. Nuestra respuesta era que ojalá contagie el sentido de comunidad y de colectividad que se puede generar en una ciudad como Rosario para hacer crecer la escena desde el lugar al que cada uno le toca”, sumó Casse, que hace dos años vive en México pero siempre tiene “el corazón en Argentina” y ganas de volver a trabajar con amigos

Uno de los méritos fundamentales de las BRODA es su permanencia en el tiempo, a través de un contexto crecientemente hostil para la producción independiente. “Estamos en un momento muy oscuro y muy difícil, donde el tiempo y la energía que tenemos para militancia o los espacios que no tienen que ver con producir dinero para sobrevivir, son cada vez menores”, apuntó Marianela Mennelli, también productora general del colectivo.

>> Leer más: El FestiMUG vuelve a celebrar lo mejor de la escena groove local

“Creo que se pueden sostener, porque no podemos hacer otra cosa. Hay un deseo muy grande de seguir construyendo en nuestra ciudad y en nuestro país en este contexto. Hay una pasión que es imposible de negar y una convicción de que Rosario puede tener estándares internacionales musicales y de producción audiovisual y de grabación sonora”, agregó.

En este sentido, el colectivo tiene el desafío de sostener “estándares industriales sin industria”. Para eso, apuestan al ingenio, los recursos disponibles y al talento del equipo. “La materia prima, el recurso humano y técnico, está. Nuestro objetivo, el de Broda y el personal, es seguir fomentando y desarrollando la escena local con proyección nacional”, subrayó Marianela.

Las primeras cinco temporadas fueron realizadas en el estudio propio. Para la sexta, por primera vez habitaron otro espacio: el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa. La amplitud del espacio físico les habilitó una “amplitud de ideas” y sobre todo, un desafío. Además, salir de lo propio implicó otros costos. “Tuvimos apoyo de la Municipalidad de Rosario, pero el resto fueron aportes propios y esponsoreos privados”, apuntó Mennelli. El “seleccionado de técnicos” que conforma BRODA estuvo a la altura de las nuevas condiciones de producción y el resultado estuvo a la altura de la marca. "Es una muestra de que se puede", cerraron los productores.