“Aún estoy aquí” no sólo es una de las películas de la temporada, es también un suceso para el cine brasilero y latinoamericano. El film que acaba de ganar el premio Oscar a mejor película extranjera pone en el foco de la industria internacional una historia sobre la lucha por los derechos humanos en la región, en un contexto global de ascenso de la derecha. Puede verse en los cines de la Argentina.
Dirigida por Walter Salles, recupera la historia real de Eunice Paiva, quien se convirtió en una referente de la resistencia a la última dictadura militar de Brasil (1964-1985). En enero de 1971, su marido, el ex diputado Rubens Paiva, fue secuestrado, torturado y asesinado en Río de Janeiro. La propia Eunice y su pequeña hija Eliana también fueron sustraídas de la casa familiar. Una vez liberada, inició un camino incansable para obtener justicia para las víctimas del terrorismo de estado, hasta su fallecimiento en 2018.
“Aún estoy aquí” está basada en las memorias homónimas de Marcelo Rubens Paiva, otro de los cinco hijos de Eunice y Rubens. En la ficción, la mujer es interpretada por Fernanda Torres y su madre Fernanda Montenegro en distintas épocas de su vida.
Quién es Walter Salles
Aunque algunos lo conocieron recién tras el Oscar que ganó este domingo, lo cierto es que Walter Salles es uno de los directores brasileños con más inserción en la escena mundial. Es autor de películas aclamadas como “Diario de motocicleta”, aquella celebrada biopic del Che Guevara de 2004 (que derivó en otro Oscar histórico para Sudamérica: el que ganó Jorge Drexler a la Mejor Canción Original por “Al otro lado del río”), y “Central de Brasil”, que en 1998 se quedó con el Oso de Oro en Berlín, el Globo de Oro y cosechó una nominación a los premios de la Academia.
El film no sólo fue un éxito a nivel internacional y en circuitos de prestigio. En su país de origen, convocó a más de cinco millones de espectadores y cosechó 100 millones de reales en taquilla. Además, brasileros y brasileras iniciaron una intensa campaña online para que la película, y sobre todo Fernanda Torres, levanten premios. De hecho, se entabló una guerra virtual contra “Emilia Pérez”, el cuestionado musical francés sobre una ex narcocriminal trans mexicana, que llega a los Oscar como la más nominada con trece candidaturas.
Después de ganar premios y elogios en el circuito internacional, “Emila Pérez” comenzó a cosechar críticas, sobre todo de parte del público latinoamericano, por su representación estereotipada, banalizante y artísticamente muy pobre de la narcocriminalidad en México (y las desapariciones forzadas vinculadas). A su vez, la española Karla Sofía Gascón (primera mujer trans en la categoría Mejor Actriz Protagónica y competidora directa de Torres) quedó en medio de un escándalo después de que se revelen tuits racistas e islamófobos recientes. Incluso acusó al equipo de Fernanda Torres de concertar una campaña en su contra para hundir sus chances de ganar el Oscar.
>> Leer más: Las ocho películas más esperadas del 2025
Pero Torres no fue sólo conciliadora. Durante varias entrevistas, se encargó de decir que ella ya se sentía triunfadora por poder darle visibilidad a una parte importante y, a diferencia de lo que ocurre en Argentina, poco narrada de la historia de su país. Además, señaló la connivencia del gobierno estadounidense con la dictaduras latinoamericanas a través del Plan Cóndor, ofreciéndoles un espejo incómodo a los comunicadores de ese país. De esta manera, “Aún estoy aquí” se convirtió en paladina de un cine latinoamericano genuino y comprometido, en contraposición a la mirada europea y exotizante de “Emilia Pérez”.
Tráiler de "Aún estoy aquí"
Embed - Aún Estoy Aquí l Tráiler Oficial